Este miércoles hemos conocido las imágenes de las vergüenzas del 'caso Mediador', trama de corrupción que implica al exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo, puesto en libertad con cargos al no ver la jueza riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas.

El exdiputado está acusado de cohecho, falsedad, blanqueo, tráfico de influencias y pertenencia a grupo criminal organizado. Pero, ¿por qué se llama 'caso Mediador'? Porque es precisamente el mediador quien ha tirado de la manta en el caso.

Antonio Navarro Tacoronte fue la persona que grabó todo lo que ocurría en esas fiestas en las que había drogas, prostitutas y Viagra. Acabó entregando sus teléfonos por una denuncia falsa realizada por el exdirector de Deportes de Tenerife, quien aseguraba que le habían robado la tarjeta y cobrado 2.500 euros.

Cuando el mediador declaró ante la justicia, dijo que el exdirector de Deportes le dio 1.050 euros para prostitutas, drogas y alcohol, todo debidamente autorizado. Además, alegaba que la denuncia estuvo motivada porque su mujer le había pillado con esos cargos bancarios.

Para que no hubiese dudas, entregó todas las pruebas y así se destapó la trama. Estas fiestas se celebraron en clubes y hoteles, con gastos medios de hasta 3.500 euros. Era en el Congreso de los Diputados donde fraguaban estos encuentros, con decenas de visitas acreditadas donde se daban pagos de mordidas y entregas de billetes.

Los pagos eran una especie de peaje para recibir favores, un clásico de la corrupción. Se prometía a los empresarios esos favores a cambio de dinero, desde extender su negocio por Canarias a un trato especial en subvenciones o frenar sanciones.