Los más conservadores de Estados Unidos tienen un nuevo enemigo: la marca de cerveza 'Bud Light'. Su campaña inclusiva por la diversidad de identidad de género ha provocado que reciba, por todo el país y por todas las redes, insultos, ataques, boicots y hasta disparos. Es lo que ha hecho el cantante Kid Rock. Ha cogido su rifle, ha apuntado a unas cajas de Bud Light y ha vaciado el cargador contra ellas. Y luego ha lanzado una peineta y un 'que te jodan' a la compañía. Ha sido su manera de mostrar su asco y su desprecio por la cervecera.

No ha sido el único que se ha liado a tiros para atacar a la marca. Otros también lo han hecho a su manera. Han cambiado el tiro al plato por el tiro a la lata de Bud Light, protestan colocando decenas y decenas de latas en el suelo y pasando una apisonadora por encima de ellas para destruirlas o directamente escupen la cerveza o la tiran por el desagüe del fregadero, a la basura o al jardín de casa.

Todo vale contra Bud Light. Todo sirve para dejar claro que ya no les gusta, que ya no comparten sus valores de marca y que se sienten traicionados por ella. Y todo, por una mujer trans: Dylan Mulvany. Tiene cerca de dos millones de seguidores en Instagram y ronda los 11 millones en TikTok. Se ha hecho popular en Estados Unidos, en las redes sociales, por ir cada día contando su transición de hombre a mujer. Tanto que hasta ha sido recibida por el presidente Joe Biden.

Bud Light decidió servirse de toda esa fama para acercarse a un público más joven y menos convencional. Para ampliar su mercado. Decidió poner su cara en unas latas personalizadas. Pero esta estrategia no ha gustado nada a algunos de los bebedores de esta cerveza. A los más conservadores. Los ultras creen que no pueden beber la misma cerveza que bebe una mujer trans.