Con la campaña electoral en su punto álgido, los principales partidos de Cataluña han delineado posturas encontradas en relación con tres temas: rodalies, vivienda y sequía.

Los rodalies, que es como se llama al servicio de cercanías de Cataluña, son un punto clave en la campaña, ya que Esquerra Republicana de Catalunya ha logrado el traspaso integral de este servicio a la Generalitat de Catalunya a cambio de su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez, pero el traspaso aún no se ha completado, porque, según el Gobierno, "es un proceso largo y complejo".

Tras esta declaración del Gobierno arranca el debate, porque Esquerra ha asegurado que hace falta seguir presionando a Sánchez para que el traspaso llegue cuanto antes y defiende que si Salvador Illa, presidente del PSC, lidera la Generalitat no hará presión para lograr que los rodalies pasen a ser servicio del Govern. Por otro lado, Junts ha descalificado el acuerdo calificándolo de "insuficiente".

El tema de la vivienda ha dividido a los partidos entre los que abogan por la regulación de los precios del alquiler y los que se oponen, el PSC quiere que se regule el precio de las zonas tensionadas de acuerdo al índice de precios aprobado por el gobierno estatal. Esquerra defiende que se utilice un índice propio que fue tumbado por el TC tras 18 meses de vigor, la CUP quiere limitar los precios del alquiler porque según ellos no pueden superar el 30% de los ingresos familiares; y Comuns Sumar, que va más allá pidiendo limitar todo tipo de alquileres, incluidos los de temporada y el de habitaciones individuales, apoyan las medidas de regulación.

Mientras que el resto de partidos se han mostrado en contra del alquiler, Junts por ejemplo, propone incentivos fiscales para los propietarios que alquilen a jóvenes. Mientras que el PP ha defendido que se deben dar más facilidades a la construcción para solucionar el problema de la vivienda en Cataluña.

En cuanto a la sequía, PSC y Junts han recriminado al gobierno de Pere Aragonès la falta de infraestructuras hídricas por parte del gobierno actual, además Illa también ha acusado a los gobiernos independentistas de haber congelado las inversiones de la Agencia Catalana del Agua durante la última década. La CUP y Comuns Sumar han alertado del excesivo consumo de agua en el sector turístico, haciendo hincapié en las excepciones para el llenado de piscinas. Mientras, los partidos de la derecha nacional han reclamado una interconexión de las cuencas catalanas con el Ebro.