La vacuna española contra el coronavirus vio truncado su avance por un macaco. Cuando estaba a punto de entrar dentro de la fase de ensayos con humanos, una lesión pulmonar en uno de los macacos hizo que se parase todo.

La primera fase consiste en pruebas con probetas, seguida de la prueba en ratones de laboratorio. Fue en la tercera prueba, la del macaco, en la que todo se truncó. Al hacer la autopsia para comprobar cómo murieron, encontraron una lesión en los pulmones en uno de ellos.

La Agencia Española del Medicamento dijo entonces que precisaba saber si esa lesión pulmonar era casual o fruto de la vacuna. Hasta que no le den la respuesta a esa pregunta, no habrá un avance.

Para superar este obstáculo, necesitan repetir el experimento con los macacos para saber si esa lesión pulmonar es casual o no. Eso precisará tiempo y dinero, siendo la segunda parte de esa ecuación la complicada.

La última vez que se importaron los macacos, costó 459.000 euros. El Estado ha invertido alrededor de 5 millones de euros para las tres vacunas en desarrollo en España, además de 24 millones para 129 investigaciones diversas. Por último, 26 millones de euros se han dedicado a la fabricación de vacunas, según el Ministerio de Ciencia e Innovación.