La rehabilitación Stalin está en marcha en Rusia. Putin la está liderando y este 80 cumpleaños del final de la batalla de Stalingrado ha sido un día clave. Se celebra la victoria en la derrota del ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Putin ha viajado a Volgogrado, que es como se llama ahora Stalingrado, para participar en un acto de homenaje a los héroes caídos en la batalla, en una solemne entrega de flores en la Sala de la Gloria Militar.

El puzle se completa con la imagen de la misma ciudad unas horas antes: allí se ha inaugurado este busto en honor Stalin junto a los de dos mariscales responsables militares del triunfo soviético en la batalla. Un monumento en bronce colocado junto al museo Batalla de Stalingrado.

El busto se une a otras dos acciones que en los últimos meses buscan rehabilitar la figura de Stalin. La primera es una propuesta para que Volgogrado vuelva a llamarse Stalingrado. De momento, no cuenta con el apoyo social suficiente para que sea aprobada en referendum, pero la idea existe, y la abandera el partido de Putin. La segunda iniciativa es una ley aprobada en junio que prohibe comparar el Tercer Reich con la Unión Soviética de Stalin.

Pero, ¿qué mueve a Putin a exaltar ahora al dictador comunista? Stalin luchó contra los nazis y ahora Putin intenta hacer creer al mundo que la invasión de Ucrania busca el mismo objetivo. Por eso, Putin ha vuelto con su mantra: "El nazismo amenaza de nuevo a Rusia" y los enemigos son los nuevos hitleranos.

Aún hoy para muchos rusos el Stalin héroe que venció a Hitler pesa más que el dictador que asesinó compatriotas de forma masiva. La Gran Purga stalinista terminó con miles de opositores en campos de concentración, los famosos 'gulags'. Se calcula que 5 millones de soviéticos fueron asesinados, y que a otros 5 millones Stalin los dejó morir de hambre, la mayoría ucranianos a los que confiscó el grano y el ganado antes de que murieran.