Esta semana, el presidente ruso, Vladímir Putin, realizará una visita a Corea del Norte, marcando su regreso al país después de 24 años. La última vez que estuvo en la capital, Pyongyang, el líder norcoreano era el padre de Kim Jong-un, Kim Jong-il. Según el comunicado del Kremlin, esta visita se enmarca en una "amistosa visita de Estado" destinada a fortalecer los lazos entre Rusia y Corea del Norte. ¿Estamos ante un nuevo eje del mal, como lo llama Estados Unidos?
Una de las razones detrás de esta alianza sería el intercambio de armas. Corea del Norte estaría enviando armamento a Rusia, posiblemente para su uso en conflictos como el de Ucrania. A cambio, Putin proporcionaría alimentos, combustible y tecnología, especialmente tecnología espacial para lanzar satélites militares.
¿Se discutirán armas nucleares durante esta visita? Aunque sea posible, es poco probable que se haga público. Muchos de los acuerdos podrían implicar violaciones de sanciones internacionales, como el posible empleo de mano de obra norcoreana por parte de Rusia, violando las sanciones impuestas por la ONU.
En este eje del mal, China juega un papel crucial. Aunque protege los intereses de ambos países, también busca consolidarse como líder mundial. Expertos advierten que esta alianza no es de iguales y que China busca mantener el control en este nuevo eje que cada vez cobra más fuerza.
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