10.000 ciudadanos rusos ya se han presentado voluntariamente para unirse al ejército en solo un día. Así lo ha confirmado el Ministerio de Defensa ruso cuando se cumplen 24 horas de la movilización anunciada por Putin. Desde primera hora de la mañana, centenares de personas han acudido a las oficinas de registro para presentar su documentación.

Desde allí han sido traslados en autobuses hasta centros de reclutamiento donde van a ser entrenados antes de unirse al frente en Ucrania. Algunos han mostrado su satisfacción por la llamada de Putin brindando incluso con alcohol antes de subirse a esos autobuses, según se ha podido ver en vídeos desde el interior de esos autobuses difundido por redes sociales.

Sin embargo, hay muchas dudas sobre este reclutamiento. En un primer momento, se informó de 300.000 rusos, pero algunos medios rusos críticos con el Kremlin sostienen que serán un millón. Sostienen que han tenido acceso al artículo 7 de la ley de reclutamiento, en la que se baraja esta cifra.

Otra de las dudas responde a la posibilidad de salir del país. Lo cierto es que si la ley hubiera sido de movilización total, la prohibición de abandonar Rusia sería inminente, e incluso la de abandonar la ciudad en la que residas. Sin embargo, al ser una movilización parcial la ley es más laxa. Lo que no implica que en el contexto actual sea absolutamente imposible de igual modo.

Además, el Kremlin está entregando citaciones a los detenidos en las protestas. Pero, ¿es legal? La ley establece que se debe hacer en casa, en el trabajo y en el estudio, aunque en la práctica se está haciendo de cualquier manera: en la calle, en los porteros de los edificios...

En las últimas horas, en Rusia también han subido las búsquedas en Google de cómo romperse un brazo. Sin embargo, no está claro que te puedas librar de ir al frente por tener una lesión. Entre los motivos para quedarse fuera estaría trabajar en la industria de defensa, tener trastornos mentales, ser una mujer embarazada de más de 2 meses, tener cuatro hijos menores o ser miembro del Gobierno o del Parlamento.

Quienes no tienen otra opción, tendrán que abandonarlo todo para servir al ejército ruso, incluyendo a sus propias familias y trabajos, por lo que el Gobierno ruso hace de empleador.