En el día de la visita de Xi Jinping a Moscú, el Gobierno ruso prohíbe los iPhone en el Kremlin. Lo publica el diario ruso 'Kommersant'. Al menos un departamento del personal más cercano al presidente Putin tendrá que deshacerse de sus iPhone antes del 1 de abril.

La instrucción exacta según recoge ese periódico es: "Tíralo o dáselo a tus hijos". Los afectados son sobre todo el equipo encargado de la campaña electoral de la reelección de Putin del año que viene. Y el motivo de la prohibición es la seguridad. El temor a una fuga de datos.

Según los rusos, los iPhone son más fáciles de piratear o espiar que otros teléfonos. Pero es evidente que influye que, más allá de dónde se fabriquen, los iPhone tienen tecnología estadounidense y el entorno de Putin teme que el Gobierno de Biden tenga acceso a información sensible.

En lugar de los iPhone, les han recomendado que se hagan con teléfonos rusos o chinos. Y que como sistema operativo utilicen uno local llamado Aurora. No es la primera vez que el Gobierno de Putin pide a sus funcionarios abandonar tecnología occidental de comunicaciones. Ya lo recomendaron diferentes ministerios con Zoom y con WhatsApp. Y en el Kremlin, en el complejo presidencial, en las áreas que más en contacto están con el presidente Putin, aseguran que sus trabajadores ya no pueden usar teléfonos inteligentes para labores oficiales.

El propio Putin carece de teléfono inteligente. Tanto para el trabajo como para su vida personal. O eso al menos ha contado él mismo. Y cuando necesita comunicarse, uno de sus asistentes le entrega un teléfono cifrado y vigilado. Precauciones que contrastan con las imágenes del ministro de Asuntos Exteriores de Putin, Sergey Lavrov. En la cumbre de Bali, hace sólo unos meses se le podía ver en camiseta, en bermudas y con un iPhone en la mesa y un Apple Watch en la muñeca.