1.278 días después de la exhumación del dictador Francisco Franco, los restos de José Antonio Primo de Rivera abandonarán el Valle de Cuelgamuros. El Gobierno, en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, ha confirmado este jueves que la exhumación se realizará el próximo lunes 24 de abril.

La exhumación será un mes antes de las elecciones, y su destino será el cementerio de San Isidro de Madrid, donde serán trasladados los restos del fundador de la Falange, según la agencia Efe. Su familia tiene ahí una tumba donde podría ser enterrado. Los familiares de Primo de Rivera han pedido realizar la exhumación en la intimidad.

José Antonio Primo de Rivera fue un fascista, pero también un hombre culto y viajado. Abogado de profesión y fundador de la Falange, José fue víctima de la Guerra Civil, pero también todo un fascista a la italiana. Es el hijo del primer dictador que ha tenido España: el teniente general Miguel Primo de Rivera. Con ese antecedente en la familia, muchos creían que también acabaría en política.

Su paso por la política

José Antonio respondió así en una entrevista sobre si entraría en política: "De política ya hablaremos cuando pasen unos años. Esas cosas son como las bofetadas: no se anuncian, se dan. Ya tendremos ocasión cuando yo sea dictador de España". Y se metió en política. Primero en el partido que continuaba el legado de su padre: la Unión Monárquica Nacional. Con el que se presentó a las elecciones de 1931 -en la Segunda República- y no salió elegido.

Un año más tarde le detuvieron por apoyar el intento de golpe de Estado del General Sanjurjo, 'La Sanjurjada', cosa que él negó. Y ya en 1933 exploró una nueva vía que llegaba de Italia: el fascismo. Ese año salió el periódico 'El fascio'. y lo hizo con un artículo que se le atribuye a Primo de Rivera con esta frase: "El fascismo... donde el hombre es una pieza de engranaje para el bienestar colectivo." Ese artículo es de marzo del 33.

También otra prueba contra él, es una foto en octubre de ese año durante el acto de presentación de la Falange en un teatro de Madrid. Él sostenía que aquello nada tenía que ver con el fascismo de Mussolini ni el nazismo de Hitler, salvo la defensa de la autoridad. Así lo contó en una grabación en la que habla en inglés y en francés. "El movimiento que hemos iniciado en España no es una copia de ningún movimiento del exterior", donde también añade: "Hemos tomado del fascismo italiano lo que tiene de unidad, autoridad y sustitución de la lucha de clases por una cooperación".

Esa nueva formación defendía la violencia para lograr sus objetivos y acabar con sus enemigos. Y esos, los enemigos, los tenía muy claros. "España ha venido a menos por una triple división", aseguraba en 1935 José Antonio. Esa triple división, según él, es la "engendrada por los separatismo locales, los partidos y la lucha de clases".

Su detención y cómo acabó fusilado

El fascismo de Primo de Rivera tuvo escasa repercusión en el parlamento español. No obtuvo mucho apoyo popular. En las elecciones de 1933 sacó un escaño y en las de 1936, ninguno. No tenía presencia en las Cortes, pero sí en las calles. La violencia falangista era constante, su pistolerismo y enfrentamiento con otros grupos extremistas.

Primo de Rivera fue detenido por tenencia ilícita de armas. Acabó acusado de otros cinco delitos por insultos a la policía, a los jueces... por agredir a uno de los agentes. Se le condenó a cinco años de cárcel, y se le trasladó a la prisión de Alicante. Ahí estuvo junto a su hermano Miguel. En aquella ciudad, ya en los primeros meses de la Guerra Civil fue enjuiciado de nuevo. Se le acusó de conspiración y rebelión y de dirigir la Falange desde prisión. Por estos delitos, fue condenado a muerte y le fusilaron.

Dicen que sus últimas palabras fueron "¡arriba España!'. Forma parte de su leyenda, de la que el Franquismo se encargó de construir para convertir a José Antonio en un instrumento de propaganda. El próximo lunes sus restos mortales pasarán de Cuelgamuros a un cementerio.