Puigdemont y Marta Rovira han sido imputados esta misma tarde por un delito de terrorismo en el marco de la causa abierta contra Tsunami Democrátic. La imputación llega mientras PSOE y Junts ultiman un acuerdo sobre la amnistía para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez de forma inminente. Un pacto del que, previsiblemente, también se beneficiaría el expresident de la Generalitat.

En un momento crítico, el juez García-Castellón ha abierto una investigación formal al hombre que tiene en su mano la reedición del Gobierno de Sánchez. Desde Junts y ERC señalan que estas imputaciones son la "reacción antidemocrática de los poderes reaccionarios del Estado contra la ley de amnistía". "Es una herramienta para avanzar en clave de lucha antirrepresiva contra las causas persecutorias para combatir el independentismo democrático", añaden los republicanos.

En realidad el motivo de estas imputaciones en este preciso instante es la gran incógnita. El juez recibió el informe de la Guardia Civil el pasado jueves, después pidió un informe a la Fiscalía preguntando si debía imputar a Puigdemont... sin embargo, antes de que la Fiscalía le respondiese, tomó la decisión de hacerlo.

De hecho, la Fiscalía de la Audiencia Nacional, dependiente del Gobierno, ha confirmado a laSexta que presentará un recurso de apelación contra el auto del titular del juzgado nº 6 al considerar que, al haberse iniciado el procedimiento por delito de sedición, una vez desaparecido este, la causa solo puede seguirse por desórdenes públicos en los juzgados de Barcelona.

A ello se suma la citación de García-Castellón a Arnaldo Otegi como testigo. Una presión extrema en la que todas las fuerzas que operan en un sistema democrático están intentando forzar los argumentos a su favor.

¿De qué se les acusa?

La imputación de Puigdemont se basa en su asistencia a una reunión clave y dos conversaciones de Whatsapp. En concreto, se trata de una reunión que se produjo en Ginebra a finales de Agosto de 2019, donde el juez intuye que se "pudo haber planificado la actuación de Tsunami Democratic". Es decir, apunta a esta reunión como algo similar a una reunión fundacional en la que se asegura que estuvo Puigdemont.

Además, a Puigdemont se le atribuye un rol de liderazgo en Tsunami Democràtic en base a dos conversaciones de Whatsapp. La primera es la que mantiene Jesús Rodríguez, periodista imputado en esta causa, con su jefe de Gabinete. En ella, Rodríguez informa de cuándo saldrán a la luz los perfiles de Tsunami Democràtic, y termina pronunciando la siguiente frase: "Supongo que desde OMNIUM informarán directamente al Presidente Puigdemont. Te lo avanzo para que tenga constancia".

La segunda es una conversación directa de Puigdemont con el empresario Josep Campmajó, en la que este último advierte: "O tú y Tsunami tomáis el control o tendremos que comenzar a gestionar el precio de las bajas". A esto, Puigdemont responde: "Intentamos que el Gobierno se ponga las pilas", y Campmajó sentencia con un "President… los diputados están cagados. La gente les pasa por encima. El Govern está acojonado". Una conversación de la que el juez destaca la relación de confianza que hay entre ambos.

A Marta Rovira el juez la señala como enlace entre la dirección de Tsunami Democràtic y los dirigentes que estaban en Waterloo. Además, según la investigación, fue la primera persona que difundió los mensajes de Tsunami Democràtic en las redes sociales.

Así, se señala a Marta Rovira y a otras 10 personas más como responsables en la organización y ejecución de los disturbios atribuidos a Tsunami Democràtic entre octubre y diciembre de 2019. Actos como el bloqueo del Aeropuerto de Barcelona El Prat, el intento de bloqueo del aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas, la Huelga General del 18 de Octubre, el bloqueo del paso fronterizo de La Junquera y el intento de sabotaje del Barcelona-Real Madrid del 18 de diciembre de 2019.

ERC y Junts, historia de dos partidos que aún se miran de reojo

La historia de Junts y ERC es un continuo 'tira y afloja'. De hecho, las sintonías y tensiones entre ambas formaciones independentistas podrían formar parte de los motivos que están complicando las negociaciones, a pesar de que la amnistía responde a actos que ERC y Junts realizaron conjuntamente frente al Estado. Ahora, en cambio, están negociando por separado y junto al PSOE.

En 2015, ambas formaciones se presentaron en coalición a las elecciones con 'Junts Pel Sí'. Ganaron y en enero de 2016 formaron Gobierno con Puigdemont president y Junqueras como vicepresident. Juntos sacaron adelante el referéndum y la declaración de independencia. Fue precisamente en ese octubre de 2017 cuando se les vio juntos por última vez en España.

Tras los hechos del 1 de octubre, Junqueras entraría en la cárcel y Puigdemont se marcharía a Bruselas. A partir de entonces, casi ni se han hablado. Según el líder de Junts Per Catalunya, escribió hasta en cuatro ocasiones a Junqueras cuando se encontraba en la cárcel, pero no obtuvo respuesta.

Se volverían a ver algo después. Fuera de España. Junqueras había pasado más de tres años en prisión, y Puigdemont ni siquiera salió a la puerta a recibirle. Ante la prensa posaron con frialdad, con una estampa que dejaba a Puigdemont un poco por delante.

A partir de entonces, las estrategias de Junts y ERC tomaron caminos diferentes. La formación de Puigdemont optó por seguir confrontando con el Gobierno, mientras los republicanos abogaron por una vía más pragmática: aparcar la unilateralidad y empezar a negociar. Así, permitieron la investidura de Sánchez y defendieron la mesa de diálogo con el Gobierno, que Junts despreció.

Ahora, Junts también opta por el diálogo y la pugna es por quién se cuelga las medallas. Por el momento, Junqueras ha firmado con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, un acuerdo por Rodalíes, el perdón de parte de la deuda y la amnistía, mientras Puigdemont se ha tenido que conformar con reunirse con el número 3 del PSOE y sigue presionando sin garantizar su apoyo.