París, como otras grandes ciudades, ha celebrado la llegada del nuevo año con espléndidos fuegos artificiales, en este caso sobre el Arco del Triunfo. Sin embargo, este año, el espectáculo de luces fue acompañado por una escena que ha dado la vuelta al mundo: en el instante de la cuenta atrás, prácticamente nadie estaba disfrutando del momento; todos estaban ocupados grabando con sus móviles.
¿Preferimos vivir a través de una pantalla? La respuesta podría encontrarse en lugares como el Museo del Prado, que se resiste al turismo de la foto. En la actualidad, algunos sitios emblemáticos prohíben el uso de móviles para preservar la experiencia y evitar aglomeraciones de personas mirando sus pantallas en lugar de apreciar el arte o el momento.
El Prado, por ejemplo, no permite fotografiar las obras, al igual que tampoco puede hacerse en la Capilla Sixtina y, hasta hace poco, con el Gernika en el Reina Sofía. La medida busca fomentar una apreciación más profunda y directa de la obra o el evento, evitando distracciones tecnológicas.
El rechazo a capturar cada momento en imágenes ha llegado incluso a los conciertos, donde artistas como Bob Dylan han prohibido el uso de teléfonos. La paradoja de querer inmortalizar cada instante a través de la pantalla plantea la pregunta de si estamos viviendo realmente el momento o simplemente documentándolo.
Con la llegada de 2024, el vídeo viral de París muestra cómo esta paradoja se manifiesta a gran escala, dejando la reflexión sobre la necesidad de desconectar y vivir plenamente cada experiencia.
Según un estudio
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