Recientemente, el portavoz popular González Pons jugó con las palabras para poner en duda el sistema de conteo de votos en España. Pero esta no es la primera vez en la historia que el PP lo hace. Aún no conocíamos el 'trumpismo', pero esa misma estrategia de casi deslegitimar las instituciones ya la vimos en la noche electoral de 1993. El PSOE de Felipe González estaba a punto de ganar las elecciones y Javier Arenas salió en rueda de prensa para pedir explicaciones sobre el escrutinio.

"Ha habido ciudadanos que han podido incluso ejercer su derecho al voto después de la increíble rueda de prensa que acabamos de soportar del ministro del Interior y de la señora Conde. Nuestro partido ha decidido solicitar aclaraciones de la Junta Electoral Central, en lo que significa el funcionamiento extraordinario en las horas de los colegios electorales", denunció un jovencísimo Arenas.

En esa misma rueda de prensa, otro jovencísimo Ruiz Gallardón reafirmaba un presunto tongazo electoral al acusar al ministro del Interior de falsear los datos electorales en Madrid: "Desde luego, el resto de las circunscripciones españolas tienen el índice de credibilidad que tienen los datos que el señor Corcuera ha dado sobre Madrid, les puedo asegurar que va a ser difícil encontrar en los últimos años un error tan importante en un anuncio del ministro del Interior como el que acabamos de escuchar".

Pero estas palabras no fueron un hecho aislado tras esa noche electoral del 93. En otra entrevista, y cuando todavía no se sabía el resultado final, Rodrigo Rato llegó a poner en duda hasta el censo electoral en España: "Un defecto de nuestra administración que debería de subsanarse porque ha habido ya dos revisiones del censo, una ordinaria y otra extraordinaria que nosotros exigimos y que el Gobierno, sin embargo, ha sido incapaz de garantizar el derecho al voto para todo el mundo".

Todas esas declaraciones de los líderes del PP fueron calentando el ambiente frente a la sede en la calle Génova a la espera de que saliera el candidato popular de entonces, José María Aznar. En el vídeo que acompaña estas líneas puedes ver cómo reaccionaron los simpatizantes ante las denuncian de tongo de sus líderes: "Manos arriba, esto es un atraco". El rey Juan Carlos I tuvo que llamar a Aznar aquella noche y, entonces sí, el Partido Popular reconoció su derrota.