Tras 76 días de guerra, Putin no ha podido ofrecerle a su pueblo una victoria y lo contrarrestan gestionando el fracaso con propaganda. De hecho, el primer canal de la televisión rusa ha modificado su programación desde que empezó la guerra y ahora la parrilla está dominada por programas de actualidad política. Allí se transmite la versión que el Kremlin quiere contar, que en los últimos días es la de la posibilidad de una tercera guerra mundial.

Así lo ha defendido la redactora jefa de 'Russia Today', Margarita Simonyán, alguien con línea directa con el Kremlin. "O perdemos en Ucrania o empieza la tercera guerra mundial. Personalmente, creo que el escenario más realista es el de la tercera guerra mundial, conociéndonos a nosotros y a Putin", ha llegado a mantener en la televisión pública. Insistiendo: "Me parece que es más probable que todo termine en un ataque nuclear que rendirnos".

La segunda idea que se le transmite a la población rusa es que es Occidente quien le ha declarado la guerra a Rusia y por eso deben desmilitarizan a la OTAN , porque es un "Hitler colectivo".

Entre los miembros de la OTAN, destaca la amenaza directa al Reino Unido. Lo hace el director de la radiotelevisión pública rusa, Dimitri Kiselev, quien le dice directamente a Boris Jonhson que pueden borrar a su país del mapa con un solo misil balístico: "No tiene sentido amenazar con armas nucleares a Rusia desde un país que se ubica en una isla pequeña y bastaría un misil 'Sarmat' para hundirlo de una vez para siempre. Todo ya está calculado". "Tan solo un lanzamiento, Boris, e Inglaterra ya no existe", ha amenazado el director del medio público.

El misil balístico Sarmat es su gran arma y los mensajes que lanzan sobre él son contundentes: También un miembro del parlamento ruso, Aleksei Zhuravlyov, asegura que habla muy en serio cuando dice que "un ataque con armamento táctico nuclear es posible".

Además del misil balístico tienen otra arma secreta: un submarino llamado Poseidon, que según Rusia posee una ojiva nuclear de 100 megatones. Sobre él dicen que su explosión en la orilla británica provocaría una hola gigante, un tsunami de hasta 500 metros de altura con agua extremadamente radioactiva. Lo plantean como "otra opción para mandar a Reino Unido al fondo del mar".