¿Por qué?

El plan estratégico de Israel: matar al ayatolá Jamenei para debilitar a Irán

El contexto Aunque Estados Unidos ha frenado por ahora un atentado contra el ayatolá, el gobierno israelí sigue considerando que su eliminación sería un punto de inflexión decisivo en el equilibrio de poder en Medio Oriente.

El plan estratégico de Israel: matar al ayatolá Jamenei para debilitar a Irán

Estados Unidos es hoy el mayor respaldo que tiene Israel. No solo le proporciona apoyo militar y económico, sino también es un fuerte respaldo diplomático en el escenario internacional. Además, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha reforzado alianzas estratégicas con vecinos como Egipto y Jordania, y ha estrechado vínculos con países aliados de la región, como Emiratos Árabes Unidos y Marruecos.

Del otro lado, Irán lidera lo que se conoce como el 'Eje de Resistencia', una red que incluye a grupos como Hizbulá en Líbano, los hutíes en Yemen, la Yihad Islámica en Gaza y diversas milicias en Irak. Además, Teherán ha fortalecido sus relaciones con potencias globales como Rusia y China, y mantiene alianzas históricas con países como Pakistán y Afganistán, sumando también a Venezuela en su lista de socios estratégicos.

En este contexto, resulta llamativo que Estados Unidos, considerado el mayor enemigo de Irán, haya evitado que Israel intentase un atentado contra el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei. Jamenei es una figura clave para el régimen iraní y ha sobrevivido a múltiples intentos de asesinato, incluyendo un ataque en 1981 cuando una bomba oculta en una grabadora explotó mientras pronunciaba un discurso, dejándolo hospitalizado durante dos meses.

Para Israel, Jamenei representa el principal obstáculo y es visto como el "pegamento" que mantiene unido al régimen islámico en Irán. El temor es que si Jamenei desaparece, podría desencadenarse una revolución que cambie el curso del país. El ayatolá no oculta su postura: califica a Israel como "una base terrorista contra Palestina" y un "régimen vampiro", y ha llegado a declarar que su objetivo es "borrar a Israel", al considerarlo "el enemigo común de todos los musulmanes".

La preocupación israelí aumenta debido a la posibilidad de que Irán ya posea material suficiente para fabricar armas nucleares, lo que pondría a Israel en una situación de amenaza existencial. Netanyahu ha advertido durante años sobre los riesgos de un Irán nuclear y justifica la necesidad de tomar medidas firmes para impedir que esto suceda.

Jamenei vive bajo estrictas medidas de seguridad y no ha salido de Irán en más de tres décadas. En los últimos meses, sus movimientos se han limitado a la capital, Teherán. Paralelamente, el régimen iraní enfrenta un creciente descontento interno. Las protestas sociales, especialmente por los derechos de las mujeres, y la represión que han sufrido, han provocado un rechazo masivo que se refleja en una participación electoral históricamente baja tras los llamados a boicotear las elecciones.