La 'Operación Delorme' ha destapado una presunta red para blanquear las comisiones obtenidas de manera ilícita durante la emergencia sanitaria por el COVID-19, específicamente a través de contratos para la adquisición de mascarillas en lo peor de la pandemia. Entre los nombres implicados, resuena con fuerza el de Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos.

El modus operandi descrito por el juez en el sumario revela un plan para lavar el dinero de las comisiones a través de la adquisición de inmuebles. El caso de Koldo García llama la atención al magistrado porque a pesar de que sus nóminas habían mermado "de forma significativa", se produce un notable incremento en su patrimonio, justo en los años posteriores a las adjudicaciones, con una cifra que fija en alrededor de 1,5 millones de euros.

Inmuebles cuya titularidad habría ocultado a través de familiares, entre ellos, su hija, a nombre de quien habría comprado uno de los tres pisos en Benidorm por 115.0000 euros, gran parte en metálico y sin hipoteca, con ingentes ingresos en la cuenta de la menor dos días antes de la compraventa. La niña tenía entonces dos años.

Pero el entramado no se detiene ahí, porque la cuenta de la menor la nutría su tío, hermano de Koldo García y también investigado. Así, el magistrado dibuja a Joseba García como la fuente de financiación en efectivo a través de continuos traspasos desde sus cuentas a las de Koldo, su mujer y la niña, casi todos entre 2020 y 2022. Como prueba, el "no te voy a dejar ni un duro" que Koldo le dijo a su hermano, según el sumario.

Concluye el juez que la intermediación de la mano derecha de Ábalos fue definitiva para que esos contratos se asignaran de manera fraudulenta a la empresa cuyos responsables se repartieron también las mordidas. Mordidas que también ellos habrían blanqueado, desviando parte de ese dinero a una empresa ubicada en Brasil. El objetivo era dificultar el seguimiento y trazabilidad del dinero.