La Unión Europea ha parado temporalmente su plan de reducir los pesticidas químicos. Los defensores de los pesticidas químicos argumentan que estos productos son esenciales para garantizar una producción agrícola abundante y asequible, al mantener a raya las plagas. Afirman que cualquier prohibición solo resultaría en un aumento de los precios de los alimentos.

Sin embargo, las alarmantes estadísticas de la ONU, que indican que 200.000 personas mueren cada año debido a la intoxicación con pesticidas en países en desarrollo, han dejado claro que estos productos tienen un costo humano significativo. Los críticos advierten sobre posibles consecuencias a largo plazo, como la vinculación entre los pesticidas y enfermedades como el cáncer o el Parkinson.

Además de los riesgos para la salud, la persistencia de estos químicos en los alimentos hasta el momento de su consumo también ha sido un motivo de preocupación, lo que ha llevado a Europa a reconsiderar su posición y anunciar su intención de renegociar el plan de reducción de pesticidas en un futuro próximo.