La España de los opositores está en constante transformación. Actualmente, el perfil promedio del opositor es una mujer de 30 a 40 años, trabajando a tiempo completo mientras estudia, dedicándole entre cinco y seis horas al día. Ya no es el recién graduado: seis de cada diez opositores tienen experiencia laboral de al menos cinco años, buscando dejar el sector privado.

Los sueldos son un imán: el salario medio de un funcionario supera los 2.800 euros brutos al mes, comparado con los 1.900 euros en el sector privado. El 60% de los funcionarios llega a este sueldo, mientras que solo el 20% en el ámbito privado alcanza los 1.900 euros. La estabilidad y el horario son también factores clave, priorizando el tiempo libre sobre contratos precarios. El 74% cree que ser funcionario ofrece una mejor calidad de vida.

El poder adquisitivo es otro atractivo: mientras la empresa privada se enfrenta a subidas salariales de un máximo del 3%, los funcionarios disfrutarán de un aumento del 9,5% hasta 2024. Este dato pesa en la decisión de los aspirantes a acceder al empleo público.

Los jóvenes optan por vocaciones específicas como educación primaria, infantil, ejército o policía nacional, mientras que los más experimentados eligen oposiciones accesibles y estables, como servicios, autoescuela, celador y correos. La inflación también influye en esta transformación, ya que no todas las oposiciones se pueden compaginar con el trabajo, especialmente aquellas que requieren años de dedicación, como ser registrador de la propiedad.