La ley de Eutanasia ya está aprobada en España, pero tanto PP como Vox se han opuesto a que así sea. No es la primera vez que la derecha rehúsa aprobar medidas sociales, a pesar de que se trata de leyes que no son de obligado cumplimiento.

Son derechos y no obligaciones constitucionales, pero parece que hay para quien siempre llegan pronto. La primera de ellas remonta al 1981, cuando se aprobó la Ley del divorcio.

Por entonces, para Manuel Fraga no era la hora de "leyes estridentes", sino de poner orden en casa. El PP argumentaba entonces que se oponía porque venía un "espectáculo divorcista". Sin embargo, la ley salió adelante, con su voto en contra.

Otro de los grandes ejemplos es la ley del Aborto. El PP defiende que la ley de 1985, la que permitía abortar en caso de violación, riesgo para la madre o malformación hubo consenso. Sin embargo, nunca lo hubo. De hecho, en el año 1983 José María Ruiz-Gallardón afirmó en el Congreso que esos tres supuestos se valían del "egoísmo de la madre".

Se opusieron, pero se aprobó. En 2010, Zapatero proponía la ley de plazos, la actual. Al igual que ocurrió con anterioridad, el PP se opone, pero la ley sale adelante. En boca de Ruiz Gallardón explicaban por qué tenían intención de derogarla: "Vale en este caso la libertad de la maternidad para decidir qué es lo que a las mujeres les hace realmente mujeres".

Otro de los escollos para el PP fue la ley del matrimonio homosexual. El PP votó en contra porque afirmaba que la unión entre homosexuales destruiría familias.

La ley de Igualdad tampoco gustó a los populares, que no quería obligar a que las listas electorales fueran paritarias. Afirmaban que eran excluyentes y que ya no podían hacer listas de solo de mujeres. La excepción, de excusa.