Detalle a detalle
Netanyahu levanta su propio muro: el blindaje político y legal con el que intenta esquivar la acusación de genocidio
La otra cara Mientras familiares de rehenes lo acusan de sacrificar civiles y financiar a Hamás, Netanyahu se apoya en informes internos de las Fuerzas de Defensa y discursos calculados para sostener que sus acciones en Gaza son legales y no genocidas.

La imagen fue dura y directa: familiares de rehenes israelíes gritando a Netanyahu en pleno juicio por corrupción. Lo acusaban de abandonar a su pueblo, sacrificar a sus soldados… e incluso de financiar a Hamás, según denuncian. Lo llamaron "terrorista, asesino, genocida". Y no es solo un grito emocional: esas mismas acusaciones forman parte de los señalamientos de la ONU que Netanyahu ha intentado esquivar durante meses.
El núcleo de la polémica es cómo Netanyahu se ha blindado para protegerse, tanto de las críticas internas como de posibles sanciones internacionales. Desde el inicio del conflicto, ha cuidado cada palabra y cada acción, construyendo un escudo legal y mediático. Su estrategia es clara: negar dolo, es decir, la intención genocida. Según él, los bombardeos se dirigen solo a Hamás y sus líderes, y cualquier daño a civiles se justificaría como defensa legítima frente a los ataques del 7 de octubre.
A nivel interno, Israel ha respondido a la Corte Internacional de Justicia con informes de las Fuerzas de Defensa, mostrando investigaciones internas sobre operaciones militares y casos de civiles muertos. Sin embargo, estas investigaciones son esporádicas, incompletas y carecen de credibilidad internacional. Netanyahu las usa más como un escudo legal que como acciones efectivas para proteger a la población.
Incluso en materia humanitaria, su discurso sigue la misma línea: los corredores humanitarios, la entrega de alimentos y medicamentos, y los mensajes a la población para ponerse a salvo se presentan como prueba de que "no busca destruir al pueblo gazatí". Pero críticos señalan que estas medidas son insuficientes y que, al mismo tiempo, zonas evacuadas han sido bombardeadas, como Al Mawasi.
En pocas palabras, Netanyahu ha construido un blindaje sólido: legal, mediático y político. Cada movimiento está calculado para demostrar que actúa dentro del derecho internacional, aunque la comunidad internacional sigue cuestionando la eficacia y la intención real de esas acciones.