La guerra cultural de Vox ha dejado su huella en Huesca, donde el icónico festival Periferias, celebrado durante 23 años, ha sido abruptamente clausurado. La justificación del partido de extrema derecha se centra en la supuesta inclinación política de los participantes, alegando que "casi todos los invitados son de extrema izquierda".

A pesar de la diversidad de artistas que han pasado por sus escenarios, Vox ha considerado que el evento solo sirve para financiar a "culturetas progres con cientos de miles de euros".

El festival, que atraía entre 7.000 y 10.000 visitantes anuales a la ciudad de 50.000 habitantes, representaba un referente nacional de la cultura contemporánea. Con la eliminación del evento, la alcaldesa del PP, Lorena Orduna, cede ante la presión de Vox para asegurar el apoyo de sus dos concejales a los presupuestos municipales. La medida ha generado controversia, dejando a Huesca sin un evento que ha acogido a destacados artistas como Enrique Morente, Niño de Elche y Antony and the Johnsons.

Luis Lles, director del festival desde su inicio en 2000, lamenta la pérdida y destaca la importancia de Periferias como un "referente en la cultura vanguardista de este país".

A pesar de incluir artistas de diversas ideologías, la llegada de Vox marca el fin de una era para la ciudad. Con un presupuesto de 120.000 euros, compartido entre el Ayuntamiento, el Ministerio de Cultura y otras contribuciones, Periferias era un ejemplo de libertad creativa que Vox ha optado por eliminar en su afán por imponer sus límites ideológicos en el ámbito cultural.