En Genova se ven ya como en 1993. De hecho, comparan los resultados del 23J con esa fecha, cuando José María Aznar no fue presidente a pesar de que todas las encuestas le aupaban a la Moncloa. 1993 y 2023. 30 años y muchos paralelismos. Entonces, y ahora, los socialistas remontaban durante la campaña unos resultados que no les auguraban nada bueno.
Alberto Núñez Feijóo ha visto cómo se hacía realidad ese lema que tanto hemos escuchado a Pedro Sánchez. Feijóo ha visto desplomarse las cifras de los pronósticos que llegaron a otorgarle hasta 150 diputados. También entonces las encuestas fallaron. Tanto los sondeos previos como a pie de urna auguraban como mínimo un empate técnico y hasta la victoria popular que desbancara a un todopoderoso Felipe González. Al día siguiente, los socialistas calificaron las sensaciones de quienes no hubieran apostado por su partido como "decepción y sorpresa". "Perplejos" debieron quedarse, decían, quienes se creyeron las voces de los adivinos.
En aquellas generales de 1993 tenía lugar el primer debate televisado entre los principales candidatos. Felipe González y José María Aznar se enfrentaron en dos ocasiones, y lo mismo pudo ocurrir con Sánchez y Feijóo, pero el popular decidió no acudir al segundo encuentro. Aznar, como él, estuvo a punto de ausentarse, pero asistió... y salió derrotado de la revancha. En los primeros debates, eso sí, ambos líderes populares vencieron con claridad.
En su primera candidatura frente a Felipe González, Aznar consiguió romper la que hubiera sido su cuarta mayoría absoluta consecutiva, pero se vio abocado a la oposición tras un pacto de investidura. Su posición como líder del partido se vio reforzada y también la de su formación. Esto es lo que puede acabar en otra similitud con Feijóo. Esta vez lo haría desde el hemiciclo del Congreso, no en el Senado, y junto a su grupo parlamentario.
La principal diferencia entre el momento de Feijóo y el de Aznar hace 30 años son los resultados. El PP de 1993 también creció en número de votos y escaños, pero no fue primera fuerza, como ahora Feijóo. Un PSOE líder se quedaba en 159, más alejado de la mayoría absoluta está el PP de 2023, con 136, siendo la lista más votada. Cuatro escaños menos le separan, en su caso, de los socialistas.
Es cierto que el poder territorial del PP de Feijóo es mucho mayor que en los 90, lo que implica que depositan sus esperanzas en la complejidad de los potenciales pactos que necesita el PSOE. Por el número de partidos, por un parlamento mucho más fraccionado y porque a Felipe González le bastó en su día con dos síes: los de los independentistas catalanes y vascos. 30 años dan para mucho pero la vieja política de alguna forma siempre vuelve.
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