La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021 (COP26) ya tiene un compromiso para luchar contra la emergencia climática en el planeta. Se trata de un acuerdo, o promesa, sobre el metano. Estados Unidos y Europa se habían comprometido antes de la cita a reducir sus emisiones en un 30 % para la próxima década. Ahora, más de 90 países se unen a la promesa de reducir las emisiones de metano. Pero ¿qué es el metano?

Tal y como explica en laSexta Clave el periodista José María Rivero: el metano es el nuevo villano, el nuevo enemigo del clima. Aunque siempre ha estado presente, las potencias se fijaban más en otro 'antagonista': el CO2, dióxido de carbono, pero las nuevas tecnologías y el avance de la ciencia han permitido descubrir el efecto del metano y, por tanto, alertar más sobre su presencia. Ahora se sabe que tiene un poder sorprendente para calentar el planeta.

Se calcula que es el responsable del aumento de un 25% de la temperatura en nuestro mundo. Además, se cree que es más 'fácil' actuar sobre él, combatirlo, frente a otras amenazas; que su eliminación se notaría más rápidamente. Precisamente, si logramos frenar la emisión de metano, ¿en qué se notaría? Principalmente, evitaría que la temperatura subiera. Se estima que si se reducen las emisiones de metano producidas por el hombre entre un 30% o un 50%, en los próximos años la temperatura del planeta no subiría 3 grados.

Este objetivo es muy importante, pues, reduciendo el metano, y con ello evitando que la temperatura suba, podremos alcanzar el objetivo de que, en las próximas décadas, la temperatura suba, como mucho, hasta 1,5 grados. A partir de este punto, nace una pregunta muy interesante: ¿qué tienen que ver las vacas en todo este asunto? ¿Por qué son importantes para entender esta situación? Porque las vacas, y en general todos los rumiantes, producen metano. El ganado supone el origen del 40% del metano.

Dado que hay mil millones de vacas, de ovejas, etc. hay que entender que el cultivo humano de la ganadería produce tanto metano como la propia naturaleza. La única solución para acabar con este problema es, claro, reducir la ingesta de carne para reducir, en consecuencia, el número de ganado, o bien buscar piensos que reduzca el metano originado en el estómago de los animales. La agricultura también genera muchísimo metano. Por poner un ejemplo, el arroz se cultiva de tal manera que, al extender el agua sobre la tierra, no permite que el oxígeno penetre en la misma. Eso genera metano.

¿Hay más actividades humanas que funcionen como fuente importante de metano? Sí, los vertederos. Una gran parte del metano generado directa o indirectamente por el hombre procede de esos espacios. Se repite la fórmula: putrefacción, descomposición, falta de oxígeno. Es decir, metano. Hay planes y hay iniciativas que han demostrado que se puede evitar. Que incluso ese metano se puede absorber.