Este miércoles se han cumplido 85 años del bombardeo a la población civil de la localidad vizcaína de Gernika: fue el 26 de abril de 1937, cuando los ataques de la Legión Cóndor del ejército nazi y fascista masacraron a todo un pueblo con el permiso de Francisco Franco.

Ya entonces, igual que Vladímir Putin niega hoy sus bombardeos y los muertos que dejan a su paso, Franco también negó el ataque a Gernika, un caso pionero de 'fake news', que José María Rivero desgrana en laSexta Clave.

Aunque ya había habido otros ataques similares, en Gernika había periodistas ingleses, franceses y estadounidenses que contaron lo sucedido: hablaron de gente bombardeada en las calles, de caseríos ardiendo y, por primera vez, el mundo supo lo que era un bombardeo sobre población civil. Los había habido antes en las colonias, pero nunca en Europa.

Aquello escandalizó a opiniones públicas de todo el mundo y Franco respondió negando la evidencia: lo hizo inventando una explicación alternativa con la base de que habían sido los 'rojos'. La consigna impuesta por el franquismo fue que la culpa era del bando republicano y eso se obligó a publicar a la prensa, tal y como puede verse en el 'Faro de Ceuta' de la época recogido en el vídeo, donde se habla de "asesinos rojos".

La tesis repetida por los fascistas, además, era la del incendio: para ellos, era relevante que fuera un incendio, pues si se admitía que había sido un bombardeo, solo podía venir de la parte franquista. Si se creía que había sido un incendio, en cambio, entonces sí se podía atribuir a que los republicanos habían quemado la ciudad al huir. Por eso, se publicaron reportajes como el de la revista falangista que aparece en el vídeo, que aseguraba que los milicianos "fueron arrojando gasolina" sobre las casas de Gernika tras obligar a los vecinos a encerrarse. Esa era su explicación a por qué nadie les vio hacerlo.

Aunque hoy en día se ha documentado ampliamente lo que realmente ocurrió y los propios alemanes han reconocido todo, el franquismo consiguió sembrar la duda. Cuando los periodistas preguntaron al general Queipo de Llano cómo era posible que las bombas tuvieran letras alemanas si supuestamente habían sido los republicanos, este alegó que las habrían comprado con el oro del Banco de España. A la pregunta de por qué Gernika aparecía bombardeada si había sido un incendio, señaló a los mineros asturianos.