016, teléfono contra la violencia machista

Mejorar las pulseras antimaltrato es proteger vidas: así se puede blindar el sistema de verdad

¿Por qué es importante? Mejorar las pulseras significa más que cambiar dispositivos: es invertir en tecnología que no falle, formar a los que toman decisiones, coordinar a todos los agentes implicados y asegurarse de que cada víctima reciba la protección que merece.

Mejorar las pulseras antimaltrato es proteger vidas: así se puede blindar el sistema de verdad

El sistema de pulseras antimaltrato lleva funcionando en España desde 2009. Su objetivo es sencillo: proteger a las víctimas de violencia de género alertando si su agresor se acerca. Pero, según un informe al que ha tenido acceso 'El País', no todo funciona como debería. En diciembre de 2024, en una reunión con el centro Cometa, representantes del Ministerio de Igualdad y de Vodafone reconocieron que algunas pulseras no cumplían el contrato: por ejemplo, al sumergirse en agua, no resistían más de un metro.

El Poder Judicial ya había avisado de estos fallos, Igualdad también… pero siempre a puerta cerrada, sin que asociaciones de víctimas ni otros expertos pudieran participar.

El mensaje es claro: mejorar el sistema es proteger vidas, pero ¿es posible "blindarlo"? Según asociaciones de víctimas y jueces VioGén sí es posible, pero no es automático. Hace falta cooperación real entre todos los actores: jueces, fiscales, fuerzas de seguridad, administraciones y asociaciones de supervivientes. Hoy, esa coordinación parece más una aspiración que una realidad.

Medidas eficaces y rápidas

Las soluciones se dividen en dos niveles: cambios inmediatos y reformas más estructurales.

Inmediatas:

  • Cambiar la ley: ahora, manipular la pulsera solo lleva multa. Expertas piden que también pueda implicar pena de prisión, para que los agresores no se sientan impunes.
  • Más policía VioGén: actualmente hay un agente por cada 70-100 víctimas de alto riesgo. Esto limita la respuesta si suenan varias alertas a la vez.
  • Última tecnología: pulseras que solo puedan manipularse con servicio técnico, botones 'SOS' en la app de la víctima y sistemas de localización interior para mejorar precisión.

Largo plazo, pero crucial:

  • Doble proveedor en transición: cuando haya cambio de operador, ambos deben convivir seis meses, con replicación activa de datos y pruebas documentadas.
  • Formación obligatoria: jueces, fiscales, letrados y policías deben conocer el sistema COMETA, sus límites y cómo reaccionar ante falsos positivos.
  • Reforzar lo rural: especialmente en municipios pequeños, con convenios con ayuntamientos para puntos seguros y equipos de respuesta rápida.
  • Evaluación de riesgo integrada: los datos de la pulsera deberían conectarse con VioGén y los historiales de quebrantamiento para ajustar automáticamente los planes de protección.
  • Comisión de seguimiento con víctimas: supervisión semestral de la usabilidad del sistema, tiempos de respuesta y trato institucional, con participación de asociaciones de supervivientes.

La idea clave

Todos coinciden: invertir en el 016 nunca es caro, es invertir en vidas. Pero que sea efectivo depende de cooperación, inversión tecnológica y cambios legales claros.

Blindar las pulseras es posible, aseguran jueces y asociaciones, pero requiere que todos remen en la misma dirección. Y hasta ahora, esa coordinación sigue siendo la parte más difícil.

016, teléfono contra la violencia machista

Las víctimas de la violencia machista y su entorno pueden pedir ayuda en distintos recursos activos las 24 horas del día todos los días de la semana: el teléfono 016, el correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y el canal de WhatsApp en el número 600 000 016.

En una situación de emergencia se puede llamar al 112 o a los teléfonos de emergencias de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062) y, si no es posible hacer esa llamada, en caso de peligro existe también la opción de activar la aplicación ALERTCOPS, que envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.