Nicolás Maduro y sus apretones de manos: es la imagen de la semana. La rehabilitación pública del mandatario venezolano llega por parte países ricos desesperados por encontrar energía.

El presidente de la república francesa, Emmanuel Macron, no ha ocultado su sintonía con el venezolano. Le legitima en público llamándole "presidente", e incluso le sonríe y le toca en su encuentro en la COP27. Detrás de la escenografía, los precios del petróleo. El crudo está muy caro. Macron promete a Maduro emprender una nueva etapa de relaciones bilaterales entre Venezuela y Francia.

Antonio Costa, presidente de Portugal, va más allá: "Me encantaría que pudiéramos hablar un poco más y pudiéramos comenzar un trabajo bilateral que sea útil para el país y la región", expone al líder venezolano antes de hablar de la complicada situación del país ibérico por el precio del petróleo o el gas.

El tercer encuentro de Maduro en público se produjo nada más y nada menos que con John Kerry, representante de Estados Unidos ante la ausencia de Biden. Imágenes que quedarán para la historia tan solo tres años después de que algunos de estos países reconocieran a Guaidó como presidente 'encargado' de Venezuela.