Iconos encubiertos

Luces, cámaras... y secretos: cómo estrellas de Hollywood y la música pudieron convertirse en espías sin que nadie lo supiera

La otra cara Mientras el público los veía cantar, actuar o desfilar por alfombras rojas, figuras como Gloria Estefan, Elvis Presley o Greta Garbo podrían haber llevado vidas dobles, usando su fama para acceder a círculos de poder y colaborar con servicios de inteligencia internacionales.

Luces, cámaras... y secretos: cómo estrellas de Hollywood y la música pudieron convertirse en espías sin que nadie lo supiera

Cuando pensamos en Gloria Estefan, lo primero que nos viene a la cabeza son los ritmos irresistibles de 'Conga' y su presencia en los escenarios de todo el mundo. Pero detrás de la música se esconde una historia que suena a película de espionaje: la CIA le habría ofrecido colaborar como agente secreto.

La cantante nunca confirmó si aceptó, pero la mera idea abre un mundo fascinante: los artistas, con sus giras interminables, contactos influyentes y acceso a todo tipo de círculos, parecen candidatos perfectos para misiones secretas. Y si no los reclutan, algunos incluso se ofrecen.

El ejemplo más surrealista lo protagoniza Elvis Presley. Durante un vuelo, inspirado por algo que solo él entendía, cogió papel y boli y escribió una carta dirigida al entonces presidente Nixon. Su mensaje era directo y desconcertante: quería ser espía. Su currículum, tal como lo describió, era literal: "He estudiado a fondo el consumo de drogas, las técnicas comunistas de lavado de cerebro y me encuentro en medio del meollo".

Cuando llegó a la Casa Blanca, no apareció con manos vacías: traía regalos y, entre ellos, una pistola. Elvis, el 'rey del rock', listo para servir a la inteligencia estadounidense. Solo él podía mezclar el glamour, la música y el espionaje de esa manera.

Hollywood también tiene su propio archivo de agentes secretos. Greta Garbo, conocida por interpretar a Mata Hari, podría haber trabajado de verdad para los servicios secretos británicos. Según algunos libros, su intervención fue clave para salvar a artistas y científicos amenazados por los nazis.

Cary Grant, icono del cine clásico, no solo encarnaba a espías en películas como 'Notorious', sino que, según biografías, colaboró con la inteligencia británica durante la Segunda Guerra Mundial, infiltrándose en Hollywood para identificar simpatizantes nazis y pasar información vital.

Lo que une a estos artistas espías es sorprendentemente consistente: acceso a los más poderosos, viajes constantes, capacidad de influencia y, sobre todo, un halo de misterio que perdura décadas después. La lista de posibles agentes secretos del mundo del entretenimiento es larga y la mayoría nunca confirmó nada, pero basta imaginarlo para que cualquier videoclip, alfombra roja o concierto se convierta en un escenario potencial de espionaje.

Así que la próxima vez que escuches 'Conga', veas un concierto de tu estrella favorita o disfrutes de una película clásica, recuerda: detrás de las luces y las cámaras, quizá haya secretos que ni los flashes podrían revelar.