Una política ha sido acusada de suplantación de identidad. Se trata de Miren Larrión, hasta esta semana portavoz de EH-Bildu en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Era además una de las principales apuestas del mundo abertzale para arrasar en las próximas elecciones.

Su carrera política ha terminado ya que ella misma ha admitido que suplantó la identidad de una trabajadora del partido y que abrió una cuenta bancaria a su nombre. Su caso está siendo ya investigado por la Justicia.

El periodista Joaquín Castellón ha explicado en laSexta Clave su rocambolesca historia, que se inicia en las Juntas Generales de Aláva, el parlamento provincial, donde una asesora de comunicación de Bildu perdió su DNI.

Además de denunciar el robo denuncia que alguien ha abierto una cuenta bancaria a su nombre. La investigación de la Ertzaintza lleva hasta la candidata del partido y los agentes van a buscarla.

Cuando las autoridades policiales le pidieron explicaciones a Larrión, esta se presentó como la persona suplantada, como si fuese su compañera, según ha informado 'eldiario.es'. Pese a que los agentes tenían evidencias contundentes, entre ellas testigos que la vieron abrir la cuenta, ella negó haber robado la documentación de su compañera y haberle suplantado la identidad.

Ese mismo día, la política de EH Bildu presentó su dimisión, y en un comunicado admitió haber cometido un error. Explicó que se trataba de un problema personal y que abrió la cuenta para guardar una pequeña cantidad de dinero que tenía.

Larrión, que ha asegurado que dará toda explicación que la Justicia le requiera, se podría enfrentar a un delito de suplantación de personalidad, que conlleva entre seis meses y tres años de cárcel, y además puede haber un delito de estafa, de uno a seis años de prisión, y de falsedad documental, que va de los tres a los seis años de cárcel.