Con la dimisión de las responsables de Atención Primaria y Hospitales del Ejecutivo de Ayuso, Marta Sánchez-Celaya y Bárbara Fernández, ya son 10 los 'disidentes de Ayuso'. Una decena de personas que han abandonado sus cargos de responsabilidad desde que empezó la pandemia.

La primera en coger la puerta fue Yolanda Fuentes el 8 de mayo. La entonces Directora general de Salud Pública dimitió después de que el Gobierno de Ayuso pidiera el pase a la Fase 1 de la desescalada en contra de la opinión de los expertos.

A ellos les seguía Óscar Álvarez, gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), el 26 de junio. Y el 23 de septiembre lo hacía Ignacio García Mostazo, director de Comunicación de la Comunidad de Madrid.

Días después, cuando la pandemia en Madrid estaba descontrolada y el Gobierno amenazaba con aprobar el estado de alarma, Yolanda Fuentes publicó un mensaje en las redes sociales: deseó buena suerte a los madrileños y adjuntó un vídeo de la película Titanic cuando está a punto de hundirse el barco.

Horas más tarde el que dimitía era el portavoz del Grupo Covid en Madrid. Emilio Bouza solo duró 48 horas en el cargo. Se fue por la falta de entendimiento entre el Gobierno y la Comunidad de Madrid en ese grupo de trabajo. El detonante fueron estas dos ruedas de prensa que ofrecieron de forma simultánea el 25 de septiembre el ministro de sanidad, Salvador Illa y el viceconsejero madrileño, Antonio Zapatero.

En plena crisis entre Moncloa y la Puerta del Sol, a Ayuso le dimitió también su consejero de Políticas Sociales. Alberto Reyero fue cuestionado en varias ocasiones durante la pandemia por sus compañeros de gobierno del PP. La bronca más sonora se produjo cuando Reyero calificó de ilegal la orden del Gobierno de Ayuso para no trasladar a ancianos de las residencias a los hospitales.

Pero no todos los disidentes de Ayuso se han ido por decisión propia. Su Gobierno acumula ya tres ceses en esta pandemia. Carlos Mur y Ana Dávila-Ponce de León fueron víctimas de la reestructuración de la consejería de sanidad; y el lujoso apartamento donde Ayuso pasó parte del confinamiento también supuso un cese, el del funcionario Miguel Ángel Jiménez. El Gobierno de Ayuso le culpó de haber publicado en el Portal de Transparencia un contrato con Room Mate para atender a ancianos de residencias en dos hoteles propiedad de Kike Sarasola.

A todos ellos se suman otras dos dimisiones por motivos personales o de salud. Son las del director de Comunicación de la Comunidad de Madrid y la del gerente de la Agencia madrileña de Atención Social. En total diez víctimas de la gestión política de Ayuso en solo seis meses, y no se descarta que pudiera haber más en las próximas horas.