El líder supremo de los talibanes afganos, el mulá Haibatullah Akhundzada, en el poder en Afganistán desde 2021, ha contado en una entrevista su intención de recuperar la lapidación como forma de castigo por adulterio, matándolas a pedradas, para terminar de degradar los derechos de las mujeres afganas.

La lapidación a las mujeres no está regulado en la ley afgana ni en el Código Penal. El argumento que manejan para que regrese esta práctica se debe al cumplimiento estricto de la Sharía o ley islámica. Cuando llegaron al poder los talibanes hace tres años dijeron que no estaba entre sus planes retomar la lapidación. Aunque estuvo vigente durante el anterior gobierno talibán como castigo oficial entre 1996 y 2001.

Se han seguido cometiendo estas atrocidades durante estos últimos 23 años porque, a pesar de ser ilegal, en las zonas rurales pequeñas, tanto los grupos talibanes como los líderes tribales siguen teniendo mucha influencia y resolviendo sus disputas ante tribunales religiosos que juzgan a los ciudadanos en base a la Sharía. Así que, a pesar de que no suelen filtrarse vídeos para evitar una reacción internacional que en el caso de Afganistán cada vez es más escasa, hemos seguido viendo parejas asesinadas a latigazos o pedradas, en plazas públicas, en estadios de fútbol.

Ocurrió por ejemplo con Rokshana en 2015. Condenada a muerte después de intentar fugarse del país con un joven, de 23 años, con quien mantenía una relación. Su familia la había obligado a casarse con otro hombre mayor que ella. Él fue condenado a 100 latigazos; ella, a pena de muerte. Nunca revelaron quiénes lanzaron esas piedras, solo que el tribunal que les condenó era talibán. Imágenes que les sirven como amenaza para el resto de población.

En 2013, se filtró un borrador del Gobierno que pretendía, en aplicación de la Sharía, reintroducir la lapidación para las mujeres condenadas por adulterio. Los requisitos, que hubiera cuatro testigos cuyo testimonio, por supuesto, en caso de ser mujeres, valía la mitad que el de los hombres. Tras filtrarse ese borrador, el clamor internacional, especialmente desde Washington, hizo al Ministerio de Justicia dar marcha atrás. Pero desde entonces hasta hoy, decenas de mujeres, según los organismos internacionales, han sido brutalmente ejecutadas sin los talibanes en el poder y sin ser, como pretenden, legal.