Yahalom, el cuerpo de élite del ejército israelí, se prepara para una misión de gran envergadura: destruir la red de túneles subterráneos de Hamás en el norte de Gaza. Según una exclusiva del medio británico Middle East Eye, Israel buscaría utilizar gas nervioso o armas químicas en un intento por neutralizar este entramado estratégico de Hamás. La información proviene de fuentes estadounidenses.

La operación sería ejecutada la unidad especializada en encontrar, limpiar y destruir los túneles enemigos. Los soldados que la componen, conocidos como 'comadrejas', se adentran en pasadizos estrechos, donde las condiciones son extremadamente desafiantes, con escasa visibilidad y es necesario llevar botellas de oxígeno. La sensación de caminar en estos túneles se compara a la de estar bajo el agua.

Sin embargo, la utilización de gas nervioso o armas químicas presenta un riesgo significativo para los rehenes que pudieran encontrarse en los túneles. Estos agentes pueden ser letales al entrar en contacto con la piel y tienen el potencial de paralizar el cuerpo humano durante horas. Este enfoque plantea un dilema moral y estratégico para las fuerzas israelíes, ya que buscan minimizar bajas civiles mientras cumplen con su objetivo.

"Cada metro recorrido dentro de esos túneles es como cruzar un desierto durante un mes", expresó un soldado de Yahalom al salir de uno de los pasadizos. Esto subraya la complejidad y dificultad de la operación. En el pasado, intentos similares han terminado en la destrucción de solo un pequeño número de túneles tras varios días de esfuerzo. La misión actual se plantea como un desafío todavía mayor, con más de 1.300 corredores subterráneos identificados.