Isabel II no nació para ser reina. En realidad, lo fue casi por casualidad: el destino de la soberana británica, fallecida este jueves a los 96 años, cambió en 1936 con la abdicación de su tío, el entonces rey Eduardo VIII.

Una renuncia al trono que se produjo por amor: el monarca quería casarse con una mujer divorciada, algo para nada bien visto en la época. Así, Eduardo dejó de ser rey y convirtió a su hermano, Jorge VI, padre de Isabel, en monarca del Reino Unido. Desde ese momento, ella se convirtió en heredera a la Corona, con apenas 10 años.

Cinco años antes de subir al trono, una joven Isabel prometía a los británicos una vida -"ya sea larga o corta"- a su servicio. Una promesa que ha cumplido con creces con 70 años de reinado, el más largo de la historia del país.

Un reinado que arrancó con la muerte prematura de su padre. El día que murió, en 1952, ella estaba en Kenia en un viaje de Estado. La noticia, debido a las comunicaciones de la época, tardó en llegar, tanto que se dice que Isabel fue la última británica en enterarse de que era reina. Un periodista que cubría su viaje fue quien le comunicó la noticia.

Su primera gran decisión al llegar al trono fue revolucionaria: retransmitir su coronación en directo por televisión, pese a la oposición de la Iglesia e incluso de Winston Churchill. Sin embargo, la reina impuso su idea y más de 20 millones de personas vieron la ceremonia, unas imágenes recogidas en el vídeo que ilustra estas líneas.

La exposición pública de los Windsor, sin embargo, fue un arma de doble filo: acercó a la familia real al pueblo pero también magnificó sus escándalos. En 1992, tres divorcios en el seno de la familia real debilitaron la imagen de la Corona. Un 'annus horrobilis' en el que también desgastó a la institución el deseo de la Corona de que fuera el pueblo británico quien pagara la reconstrucción del castillo de Windsor tras un incendio.

Sin embargo, Isabel II salió reforzada: tras ponerse en duda la financiación de la Corona, comenzó a pagar impuestos y a transformar la institución en un ejemplo de transparencia económica.

En el vídeo puedes ver también las imágenes de su Jubileo de Platino, hace tan solo unos meses, y su última aparición pública, hace tan solo unos días, cuando recibió a la nueva ministra británica, Liz Truss.