Mientras la comunidad internacional sigue de cerca la situación en Oriente Medio, la aerolínea alemana Lufthansa ha cancelado sus vuelos hacia la capital iraní, Teherán, debido a las crecientes tensiones. Aunque aún se observan aviones sobrevolando el espacio aéreo iraní, muchos optan por rutas alternativas, evitando directamente el territorio en medio de la incertidumbre.

El recuerdo del trágico incidente en 2020, cuando un avión ucraniano fue derribado por error por la guardia revolucionaria iraní, sigue fresco en la memoria, recordándonos los peligros potenciales en una región marcada por la disputa y la hostilidad.

Las preocupaciones sobre un posible ataque de Irán en respuesta al bombardeo sobre la embajada israelí en Damasco han elevado la tensión a niveles críticos. El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jameneí, con su vasto poder desde 1989, es una figura clave en este escenario volátil, es jefe de Estado, jefe de las Fuerzas Armadas y máxima autoridad política y religiosa.

A pesar de celebrarse elecciones en el país, la democracia plena sigue estando lejos de ser una realidad palpable. La revolución de 1979 marcó un hito en la historia de Irán, instaurando la República Islámica con el ayatolá Jomeiní al frente durante una década. Desde entonces, la relación con Israel se ha vuelto tensa, al igual que la distancia con Estados Unidos.

La entrada de Irán en la guerra sería determinante debido a su poder militar, ocupando el puesto número 14 a nivel mundial. Continuamente hacen gala de sus avances armamentísticos, como el reciente misil hipersónico presentado en mayo de 2023, capaz de esquivar los escudos de defensa y con un alcance de 2.000 kilómetros. Además, cuentan con armas nucleares, una gran cantidad de aeronaves (551), tanques (1.996), activos navales (101) y un extenso ejército con más de 610.000 soldados y 400.000 reservistas. Todo esto mientras el país atraviesa una difícil situación económica, con altos índices de inflación y una gran parte de la población en condiciones de pobreza.

El descontento popular, especialmente evidenciado en las protestas lideradas por mujeres desde la trágica muerte de Mahsa Amini en 2022, quien falleció tras ser detenida por la policía de la moral por llevar el velo mal colocado, sigue siendo una realidad en Irán. A pesar de la represión y los controles intensificados por parte de las autoridades, Irán se mantiene como una potencia de primer orden en la región, con su respuesta a los ataques de Israel siendo crucial en el panorama geopolítico actual.