¿Qué hay detrás del envenenamiento del oligarca ruso, Román Abramovich? Esa es la pregunta a la que intenta responder laSexta Clave. El magnate ruso denunció haber sido envenenado junto a tres negociadores ucranianos en una reunión entre mediadores de ambas partes que no se conocía hasta ahora.

Abramovich llegó incluso a intentar trasladar una carta manuscrita del presidente de Ucrania, Volódimir Zelenski, a su homólogo ruso, Vladímir Putin. Pero éste no quiso recogerla.

Todo apunta a que el supuesto envenenamiento habría venido por parte de Moscú, cuyo servicio secreto es un sospecho habitual en esta clase de acciones. Solo se conoce un nombre además del del magnate: el de Rustem Umerov, un miembro del Parlamento de Ucrania vinculado al sector de las telecomunicaciones.

Después del encuentro en Kiev, cuentan los negociadores que volvieron al apartamento sobre las diez de la noche. Entonces comenzaron con los primeros síntomas: inflamación de ojos, lagrimeo constante y doloroso y descamación de la piel del rostro y de las manos.

Descartaron una intoxicación alimentaria ya que solo habían tomado agua y chocolate así que, tras consultar con expertos, determinaron que había sido un envenenamiento químico o biológico o con radiación electromagnética. Pero no tuvieron tiempo para un examen médico ya que tenían que abandonar la capital ucraniana.

Según el periodista de investigación Christo Grozev, quien ha publicado lo ocurrido, este ataque no se trató de un intento de un asesinato: más bien es una advertencia de Rusia. El Wall Street Journal apunta que podría tratarse de una manera de sabotear las conversaciones por parte del ala más dura del Kremlin.

De proceder de Moscú, no sería el primer envenenamiento del que se les acusa. Conocidos son otros casos como el del exespía Aleksandr Litvinenko o del opositor Alexei Nalvany.