En un mensaje institucional que marcó la historia de Cataluña en 1987, la Generalitat proclamó: "No somos ni uno, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco. Somos seis millones". En la actualidad, esta declaración cobra una relevancia renovada, ya que uno de cada cinco ciudadanos en Cataluña es un migrante regular, representando casi un millón y medio de personas de los ocho millones que conforman la población catalana. A nivel nacional, en España, la cifra asciende a casi seis millones 400 mil personas de los 48 millones que habitan el país.

La importancia de los migrantes en España se revela en varios frentes. En primer lugar, desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del crecimiento demográfico. El porcentaje actual de extranjeros en España ha alcanzado el 13,4%, un aumento del 9% en comparación con hace dos décadas. Además, contribuyen significativamente a mantener una población activa, con 2,7 millones de afiliados a la Seguridad Social.

El Banco de España ha proyectado la necesidad de 24 millones adicionales de migrantes en edad de trabajar para el año 2053, lo que destaca la importancia de su contribución a la sostenibilidad del sistema de pensiones. Finalmente, su impacto fiscal per cápita es positivo en la mayoría de los países de la OCDE, lo que subraya aún más su relevancia económica y social.