Katalin Karikó y Drew Weissman han sido galardonados con el premio Nobel de Medicina por su colaboración en el desarrollo de vacunas contra la Covid-19. Los científicos creyeron e investigaron la técnica del ARN mensajero (ARNm), que es la base de las primeras vacunas contra el coronavirus. Y puede ser el camino para solucionar otras tantas enfermedades sin cura hasta el momento. Pero, ¿qué es el ARNm?

El ARN mensajero le da un manual de instrucciones a la fábrica de proteínas de nuestras células de qué proteína hay que fabricar. En muchas ocasiones, las enfermedades raras se dan porque produce una proteína en una versión 'mala' o 'defectuosa'. El ARNm podría llevar la información para fabricar esa proteína 'buena' o 'correcta'. Y que al conseguir producir más de la buena que de la mala, acabe con la enfermedad rara.

Las enfermedades autoinmunes también podrían estar más controladas con esta tecnología. Porque nuestro cuerpo a veces reacciona de manera excesiva tratando de defenderse de algo que es un enemigo o que considera que es un enemigo. Y en muchas ocasiones, es contra una proteína. Con el ARN mensajero, se podría conseguir que el cuerpo se 'acostumbrara' a esa proteína y así que no reaccionara tan duramente causando enfermedades.

Incluso se habla de que podría ser útil para la lucha contra el cáncer. Las células cancerígenas tienen proteína y con el ARNm se podría hacer que el cuerpo generara esa proteína para que a su vez produjera anticuerpos que luchen contra ella. Podría bloquear que el cáncer se expandiera. Y podría haber hasta tratamientos personalizados en función de cada persona. Esto, dicho así, suena fácil. Pero tiene sus dificultades. El cuerpo podría atacar a esa proteína esté donde esté, en células sanas o cancerígenas, y podría ser dañino.

Lo que sí puede combatir, al menos de momento, es el coronavirus. Los primeros experimentos del ARN mensajero fueron para virus como la gripe o la rabia. Y la misma técnica que ha sido útil para acabar con la pandemia, puede ser útil para acabar con otras enfermedades. Pero no será un proceso tan rápido como el que se tuvo para acabar con el coronavirus. En el caso del coronavirus, se juntaron las circunstancias: permitieron probar todas las técnicas, hubo mucha inversión y se identificó pronto como debilitar al virus.