Este lunes, México ha presentado una denuncia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra Ecuador, tras el ingreso a su embajada para detener al vicepresidente vinculado a Rafael Correa, quien se encontraba refugiado allí desde diciembre debido a acusaciones de corrupción. El asalto, que ha dejado al embajador mexicano reducido en el suelo por la policía ecuatoriana, ha desencadenado una crisis en las relaciones diplomáticas a nivel mundial.
Este no es el primer asalto a una embajada que sacude la escena internacional. En un repaso histórico a lo largo de décadas, los ataques a embajadas se han convertido en eventos marcados por la violencia y la tensión diplomática. Desde el asalto a la embajada española en Guatemala en 1980, donde 37 personas perdieron la vida, hasta el secuestro de 52 funcionaros en la embajada de Estados Unidos en Teherán, estos eventos han dejado una huella indeleble en las relaciones internacionales.
El embajador español Máximo Cajal sobrevivió milagrosamente al asalto en Guatemala, que resultó en la ruptura de relaciones diplomáticas entre España y Guatemala durante cuatro años. En La Habana, en 1990, la embajada española fue escenario de tensiones cuando cuatro policías cubanos irrumpieron para sacar por la fuerza a un solicitante de asilo, provocando fuertes tensiones diplomáticas entre nuestro país y Cuba.
Sin embargo, uno de los asaltos más emblemáticos fue el de la Embajada de Estados Unidos en Teherán, donde guardias revolucionarios iraníes y estudiantes mantuvieron como rehenes a 52 personas durante más de 400 días. Este evento no solo sacudió las relaciones entre Irán y Estados Unidos, sino que también tuvo repercusiones políticas internas, contribuyendo a la pérdida de la presidencia por parte de Jimmy Carter.
Japón también sufrió su cuota de asaltos a sedes diplomáticas, 14 miembros armados entraron en la residencia del embajador de Japón en Lima, dentro había 800 personas, los guerrilleros de Túpic Amaru retuvieron a 72 rehenes durante cuatro meses, los liberó el Ejército de Perú cuando logró entrar por la fuerza en la sede diplomática de Japón en Lima.
Japón sufrió otro asalto en su consulado en China, cuando policías chinos entraron y sacaron a la fuerza a cinco norcoreanos que buscaban asilo. Esta vez fueron las fuerzas de seguridad chinas, pero el asalto creó una crisis diplomática muy grande entre Japón y China.