Las relaciones entre Israel e Irán han sido una montaña rusa de altibajos a lo largo de las décadas, desde la colaboración hasta la hostilidad. En un momento fueron aliados con fuertes lazos diplomáticos y económicos, incluso con Israel importando el 40% de su petróleo de Irán a cambio de armas.

Sin embargo, tras la revolución islámica de 1979 en Irán, las tensiones se intensificaron. La instauración de la República Islámica y la llegada de líderes como Jomeini cambiaron el panorama político y geopolítico de la región. La nueva dirección iraní rechazó la influencia de Estados Unidos e Israel, adoptándolos como enemigos.

La defensa de la causa palestina por parte de Irán, respaldada por los ayatolás, marcó un punto de inflexión en las relaciones bilaterales. Irán cortó los lazos con Israel y cedió su embajada en Teherán a la Autoridad Nacional Palestina, consolidando su posición como defensor de los derechos palestinos.

Aunque cooperaron en los 80 contra un enemigo común, el Irak de Sadam Husein, vendiendo armas a Irán, este acercamiento fue momentáneo, ya que pronto continuaron las hostilidades, enfrentándose indirectamente.

En 1982, la intervención de Israel en la guerra civil libanesa llevó a Irán a apoyar el nacimiento de Hezbolá. En 1992, la Yihad Islámica, cercana a Irán, voló la embajada israelí en Buenos Aires, dejando 29 muertos.

El programa nuclear iraní ha sido una de las mayores preocupaciones de Israel, que busca evitar que los ayatolás obtengan armas atómicas. Por ello, ha tomado medidas para frenarlo, incluso creando un virus informático en 2000 para atacar las instalaciones nucleares iraníes. Según Irán, Israel también ha atentado contra varios de sus científicos.

En 2011, Israel aprovechó la guerra civil en Siria para atacar la presencia militar iraní, argumentando una amenaza directa para su seguridad.

El conflicto entre Israel y Gaza ha aumentado la tensión, con ambos bandos atacándose indirectamente. Israel ha acusado a Irán de estar detrás de los atentados del 7 de octubre, a lo que Irán ha negado su participación. Sin embargo, el reciente ataque de Israel al consulado iraní en Damasco marca un paso definitivo, al que Irán ha respondido directamente.