En la neutral Suiza, cuna de la diplomacia, PSOE y Junts inauguran un capítulo crucial. La cita incluye un verificador que actúa como mediador, tiene como telón de fondo el reconocimiento nacional de Cataluña, punto clave que puede marcar el rumbo de las negociaciones.

Guiados por las lecciones del Centro Henri Dunant y otros referentes de la mediación internacional, la clave radica en generar confianza gradualmente. La creatividad del mediador juega un papel trascendental para proponer soluciones iniciales y fomentar la empatía, esencial para superar las tensiones históricas.

En caso de estancamiento, las guías de mediación sugieren la inclusión de actores adicionales en quienes ambas partes confíen. Además, el aspecto económico se prevé fundamental, buscando áreas en las que ambas partes puedan participar, como la gestión conjunta de fondos, para desbloquear situaciones difíciles.

Aunque las diferencias entre verificador y mediador se diluyen, la clave radica en la capacidad de escuchar y proponer soluciones. Mientras está puesto el foco en Suiza, la presión aumenta con Puigdemont advirtiendo de posibles consecuencias si no se cumplen los compromisos, añadiendo un matiz tenso a la delicada negociación.