José Luis Ábalos se ha lanzado a una cruzada personal para limpiar su nombre, dejando a un lado su escaño en el Congreso para enfrentarse a los micrófonos de seis diferentes medios de comunicación. En un día maratoniano, el exministro de Transportes ha visitado tres emisoras de radio y tres cadenas de televisión, generando una cantidad de titulares comparable a la del día anterior, cuando anunció su marcha al Grupo Mixto. Su mensaje ha sido claro: niega cualquier implicación en el 'caso Koldo' y arremete contra lo que denomina "populismo justiciero" dentro de su propio partido.

Desde Onda Cero, Ábalos ha explicado cómo su comunicación en estos días ha sido principalmente con Santos Cerdán, su predecesor en la dirección del PSOE y su primer enlace con Koldo García. Contrario a lo que muchos podrían pensar, Ábalos aseguró que inicialmente no estaba de acuerdo con la idea de su renuncia, revelando un cambio en su relación tanto con Cerdán como con Pedro Sánchez.

En una entrevista con Catalunya Ràdio, el exministro criticó duramente a los socialistas por su estrategia en la lucha contra la corrupción, calificando de "error" el requerimiento del partido para que entregara su acta. Ábalos describió esta acción como una "cacería" que no solucionaría la crisis, insistiendo en que su dimisión habría sido "inútil" y aplicable a otros compañeros.

A pesar de las críticas y los dardos lanzados, Ábalos ha reiterado en Espejo Público su lealtad al PSOE, defendiendo su inocencia y negándose a admitir cualquier culpabilidad que podría implicarse al ceder a las presiones de renuncia. Esta firme posición sugiere su convicción de no haber participado en ninguna trama corrupta.

Curiosamente, en una conversación con RAC1, Ábalos admitió haber tenido sospechas sobre su mano derecha, aunque nunca llegó a confrontar esas dudas completamente. "Siempre hay algo que te llama la atención y yo siempre pedía explicaciones", declaró, señalando una posible negligencia en no profundizar más en esas inquietudes. Desde la explosión del escándalo, el exministro reveló que no ha tenido contacto ni con su antigua mano derecha ni con Pedro Sánchez, marcando un distanciamiento significativo dentro de las filas del partido.