El PP de Galicia no solo lucha contra la oposición local, sino también contra una red global de bots, según afirma Paula Prado, la número dos del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Rusos, filipinos, haitianos, nicaragüenses y bolivianos se unen para desestabilizar la campaña. Una mezcla explosiva de injerencias que desafía los límites geopolíticos.
Se autodenominan víctimas de un "botafumeiro de bulos y mentiras" orquestado desde Madrid por la oposición, con una estrategia que pretende afectar la gestión de la Xunta. Presentan capturas de perfiles falsos en Twitter, todos con opiniones críticas hacia el gobierno gallego.
El misterio se complica cuando se revela que muchos de los perfiles detectados ayer ya no existen hoy. Solo una cuenta de las dos exhibidas por los populares persiste, mientras la otra les ha bloqueado. La geolocalización de los supuestos bots añade más confusión.
Aunque el PP denuncia ataques desde lugares remotos como Estados Unidos, los usuarios afectados se defienden. Alegan que la ubicación no demuestra la procedencia real y acusan al PP de utilizar la manipulación digital en su propia campaña. Con el enfrentamiento en su apogeo, amenazan con llevar el asunto a la Fiscalía, convirtiendo la campaña en una batalla digital de proporciones inesperadas.
La 'francoesfera'
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Una cortina de humo El Partido Popular y otras formaciones de la derecha se oponen sistemáticamente a las iniciativas de memoria democrática. En lugar de apoyar las medidas para reparar a las víctimas del franquismo, argumentan que recordar el pasado es innecesario y distrae de los problemas actuales.