Otro de los protagonistas del proceso contra Donald Trump es el juez que ha leído los cargos al expresidente, el que lleva toda la imputación. Y al que Trump ya ha atacado en sus redes sociales. Dice que es un juez "asignado", puesto a dedo en una cacería de brujas. Trump escribió que Merchán "le odia" y lo dice sin pruebas y escribiendo incluso mal su apellido. El futuro más inmediato de Donald Trump está en manos de un juez latino.

Juan Manuel Merchán. Es la persona que ha leído los cargos a Donald Trump y es el juez que va a supervisar todo el proceso de imputación de Trump. En sus 16 años de carrera como jurista, es la segunda vez que se enfrenta al universo Trump. Porque Merchán es el mismo juez que el año pasado supervisó el juicio que condenó a la Organización Trump. Acabó pagando más de un millón y medio de dólares por fraude fiscal.

Magistrado, juez interino de la Corte Suprema estatal, a Merchán le conocen en el mundo del derecho como el 'tirador de la calle'. Una persona que defiende los intereses de la sociedad disparando desde abajo a los que están más alto, sin distinción de clases.

Merchán nació en Bogotá, en Colombia. De familia humilde, llegó a Estados Unidos con seis años. Es el menor de seis hijos y se ha pasado su juventud trabajando para poder pagarse sus estudios. Su primer trabajo fue con nueve años, poniendo gasolina a cambio de propinas. Mientras estudiaba y se sacaba la carrera de derecho, trabajó también lavando platos y como gerente en un hotel. Ya licenciado, inició su carrera judicial en 1994. Desde entonces se ha dedicado a dirigir y enjuiciar, sobre todo, casos de fraude fiscal y juicios penales por delitos graves como asesinatos.

Pero no solo está acostumbrado a llevar este tipo de casos, alguno de ellos muy mediáticos en Estados Unidos. Merchán preside también el Tribunal de Veteranos del Ejército y el Tribunal de Salud Mental de Manhattan.

Entre los expertos en derecho estadounidense, destacan a Merchán como un juez extremadamente justo y meticuloso. Lo definen como una persona sencilla e inteligente, un profesional que no entra en polémicas fuera de los juzgados, pero que tampoco se deja intimidar por acusados tan poderosos como puede ser ahora Donald Trump.