El futuro de Google, Facebook y Twitter se decide en Washington, en Estados Unidos. La Justicia debe decidir cuánta culpa tienen las grandes tecnológicas de los contenidos que nos ofrecen y del impacto que nos provocan. En concreto, la corte suprema decide si Google es responsable de recomendar videos de los terroristas del ISIS. Dos familias acusan a las plataformas de haber contribuido a radicalizar a los terroristas que asesinaron a sus hijos.

El primer caso se llama ‘González contra Google’ y se remonta a los atentados terroristas de París el 13 de noviembre de 2015. Una de las 31 personas asesinadas fue una chica estadounidense de 23 años llamada Nohemi González. En 2016 su familia denuncia a Google y a Youtube a los que considera culpables de difundir contenido que puede radicalizar a los usuarios y convertirlos en terroristas. Además se lucraron con ello, promocionándolo mediante el algoritmo e insertando publicidad. La familia perdió en los tribunales y ha recurrido al Supremo.

El segundo caso es similar. Fue otra familia quien denunció pero esta vez ganaron. Aquí es la tecnológica quien ha recurrido. Es el conocido como ‘Twitter contra Taamneh’, aunque la denuncia también incluye a Google y Facebook. La presenta la familia de un ciudadano jordano, asesinado en 2017 en el ataque terrorista de Estambul. En su caso no hablan de algoritmo. Solo de que las plataformas no controlan el contenido terrorista. Y aquí los jueces, amparándose en la ley antiterrorista, les dieron la razón.

Hasta ahora, las tecnológicas se han agarrado a una ley de los años 90 para salvarse: la ley de Decencia de las Comunicaciones de 1996. En concreto en su sección 230, dice: “ningún proveedor o usuario de un servicio informático interactivo será considerado como editor o difusor información facilitada por otro”. Así las tecnológicas quedan exentas de asumir responsabilidades por el contenido que compartan los usuarios.

Si ahora el Supremo da la razón a las familias, las tecnológicas serían responsables de los contenidos que publiquen los usuarios. Tendrían que filtrarlos y eliminar los que les pudieran buscar un problema. Podría ser la muerte de Google, Facebook o Twitter tal y como los conocemos. Las tecnológicas aseguran que esto les convertiría en policías y que hay un riesgo de que acaben moderando de más y atentando contra la libertad de expresión.

Además la onda expansiva de la decisión llegaría a toda la Red. Empresas como TripAdvisor, Yelp, Reddit, Craigslist, Apple y Microsoft, todas se han personado en estos casos del Supremo para defender su posición en un frente común

En Europa se supone que a partir de 2024, las tecnológicas ya van a ser responsables de todos los contenidos: los comentarios o los videos. La ley de Servicios Digitales entrará en vigor en 2024 y en teoría obligará a las grandes plataformas a responder de forma legal por el contenido que los usuarios publican en ellas. Así lo afirmaba la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen: “Lo que es ilegal fuera de línea también debe ser ilegal en online”. La única escapatoria: que puedan probar que no sabían lo que albergaban.