Hace 77 años, Auschwitz-Birkenau dejó de ser un campo de terror, de persecución y de muerte. Fue el campo de concentración más famoso del régimen nazi: allí mataron a más de 1,1 millones de personas, entre judíos, polacos y gitanos. Los supervivientes de Auschwitz fueron liberados en enero de 1945. El fin de este y de otros campos de exterminio supusieron también la libertad para judíos españoles. Porque en España, con Franco, también hubo antisemitismo.
Obsesionado por su imagen exterior, el franquismo se presentó como protector de los judíos. Pero los ejemplos de su antisemitismo están documentados. Porque, como aliado del fascismo, el dictador aplaudía la persecución de judíos que Hitler llevaba a cabo en Europa. El judaísmo era para la ideología imperante en la época uno de los enemigos a batir. No lo escondía, por ejemplo, la propaganda electoral de Acción Popular, embrión de la CEDA. El propio Franco pedía en sus discursos a los españoles "no permanecer indiferentes" ante una "carga" de la que España ya se había librado.
Ai algo nos diferenciaba de Alemania, era un catolicismo muy mayoritario, pero un diario de la Falange despeja cualquier tipo de duda: no podía quedar ninguno en todo el territorio nacional. Su destino los campos de concentración: "Crearemos campos de concentración para vagos y maleantes políticos; para masones y judíos; para los enemigos de la Patria, el Pan y la Justicia. En territorio nacional no puede quedar ni un judío, ni un masón, ni un rojo", se puede leer en ese diario.
La dictadura impidió además cruzar a los judíos que se agolpaban en la frontera. Pero dentro del país, la situación era aterradora. A los judíos, sobre todo mujeres, se les rapaba el pelo. Se les humillaba hasta el extremo, haciéndoles desfilar en público, defecándose y siendo insultados y agredidos por sus propios vecinos. Por supuesto, se cerraron las sinagogas y se prohibió el culto judío en España. La orden procedía de Franco, responsable directo de la deportación y muerte de miles de españoles en campos de concentración nazis. En un documento que aparece en el vídeo que acompaña estas líneas, la embajada le solicita "que se haga cargo" de 2000 españoles exiliados en Alemania.
A día de hoy se sabe que sí, que lo hizo, pero su destino fue el campo de concentración de Mauthausen-Gusen. Allí ingresaron los varones mayores de 13 años y más del 80% fueron asesinados. Comenzó a conocerse entre los deportados como 'El campo de los españoles'. 5.500 fueron asesinados en campos de exterminio deportados desde nuestros campos de prisioneros de guerra. En este sentido, cuando Alemania dio tres meses a Franco para repatriar a "sus judíos" en 1943, la orden a sus diplomáticos era clara: solo a los de "indiscutible nacionalidad española".
Los que no lo eran, acababan "sufriendo consecuencias", como se detalla en telegramas que embajadores y cónsules mandaban a sus superiores. Todos los diplomáticos españoles tenían órdenes claras de no inmiscuirse en su política, pero sí de hacerse cargo de los bienes de los judíos españoles asesinados. Los hubo que desobedecieron, escandalizados, ante el trato vejatorio que se les daba. De hecho, Miguel de Muguiro fue cesado por ayudar a niños judíos, y su ayudante y sustituto, Ángel Sanz, salvó cerca de 5.000 vidas.
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