Los 14 nuevos camiones de ayuda humanitaria que han accedido a Gaza a través del paso de Rafah, conectando Egipto con la Franja, transportan suministros vitales como alimentos, agua y provisiones médicas. Esta llegada de ayuda, aunque un rayo de esperanza para una población necesitada, no incluye uno de los elementos más cruciales: el combustible.

La UNRWA, el mayor proveedor humanitario en Gaza, se encuentra al borde del agotamiento de sus reservas de combustible. Según Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de la ONU, sin combustible no habrá agua, ni funcionarán los hospitales ni las panaderías. La falta de combustible podría tener consecuencias catastróficas para la población ya afectada por el conflicto.

A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, Israel se ha negado a permitir el envío de combustible a Gaza como parte de la ayuda humanitaria. La razón detrás de esta negativa no se ha revelado públicamente, pero esta decisión complica aún más la ya compleja situación en la región.

La escasez de agua y el funcionamiento de hospitales y panaderías están en juego, lo que hace que la situación sea aún más crítica. A medida que los líderes internacionales buscan soluciones, la necesidad de una resolución pacífica y una coexistencia en paz y seguridad entre Israel y Palestina se vuelve aún más urgente.