Protocolos bajo lupa
Fallos en los cribados de cáncer en Andalucía: lo que dice el protocolo, lo que no dice y lo que preocupa
El contexto Sanidad ha pedido a todas las comunidades datos de los últimos cinco años sobre cribados de cáncer para saber si los retrasos de Andalucía son un caso aislado o un problema general, mientras la junta admite falta de radiólogos.

Los fallos en los cribados de cáncer en Andalucía han puesto en alerta al Gobierno. No se trata solo de saber qué ocurrió allí, sino de comprobar si estos problemas se repiten en otras comunidades o con otros tipos de cáncer. Por eso, Sanidad ha pedido a todas las autonomías datos en los últimos cinco años sobre los cribados de cáncer de mama, de colon y de cérvix: quieren saber si los sistemas de detección funcionan, cuánta gente participa, cuándo reciben los resultados y cualquier incidencia registrada. Por ahora, no hay fecha límite para que lleguen estos informes.
Mientras tanto, seguimos sin saber exactamente qué ha pasado en Andalucía. Este jueves, en el Parlamento, el presidente Juanma Moreno ha sacado a relucir el protocolo de cribados vigente. ¿Por qué se agarra a ese documento? Porque intenta justificar los tiempos y la gestión de los cribados.
El protocolo actual, de 2011, indica que, desde que hay una "sospecha diagnóstica", se debe realizar una valoración en la comisión de tumores específica en un plazo máximo de 30 días.

Si lo comparamos con el primer protocolo, de 2005, que establecía plazos concretos —un mes para comunicar resultados y, si había sospecha, otros 15 días para una segunda prueba, con un máximo de 45 días—, los tiempos de hoy serían incluso más cortos.

Moreno también ha defendido que no se llamó a algunas mujeres para "no generarles ansiedad". Pero el protocolo solo menciona esta precaución en un caso muy concreto: mujeres de alto riesgo con mutaciones genéticas. No dice nada sobre retrasar la comunicación a quienes participan en un cribado rutinario y tienen sospechas de cáncer.
Respecto a la falta de medios, la Junta reconoce que Andalucía tiene pocos radiólogos por habitante, —es la comunidad con menos— y que van a contratar a 119 nuevos profesionales. Sin embargo, niegan que la falta de personal sea la causa de los fallos y aseguran que el origen del problema sigue bajo análisis.
Hay muchas preguntas sin responder: qué ha fallado en los cribados andaluces, por qué algunas mujeres recibieron retrasos en la comunicación de resultados y si la culpa es de los protocolos, de la falta de personal o de otro factor. Mientras tanto, el Gobierno recopila información de todo el país para saber si los sistemas de detección funcionan y garantizar que ningún paciente quede desatendido.
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