Investigación en curso

¿Fajos de billetes, pagos extraños… y aún así libre? ¿Por qué Ábalos no entra en prisión?

Los detalles El juez explica que, aunque las pruebas y contradicciones son claras, Ábalos seguirá libre porque las medidas actuales –prohibición de salir del país y comparecencias quincenales– evitan riesgos de fuga, destrucción de pruebas o que vuelva a delinquir.

¿Fajos de billetes, pagos extraños… y aún así libre? ¿Por qué Ábalos no entra en prisión?

José Luis Ábalos se acogió este miércoles a su derecho a no declarar ante el juez Leopoldo Puente, en medio de un caso que ya ha dejado sobre la mesa más preguntas que respuestas. Y la gran cuestión que muchos se hacen: ¿por qué, con todos los indicios de posibles delitos, o acaba en prisión provisional?

Según el juez, hay razones muy concretas. Ábalos está investigado por al menos tres delitos y los indicios son "de singular contundencia": ingresos opacos, más de 95.000 euros desembolsados sin justificar, pagos de Koldo –su colaborador– incluso a la pensión de uno de sus hijos, y fotos con fajos de billetes en su despacho. Sin embargo, las medidas cautelares vigentes –prohibición de salir del país y comparecencias quincenales– son consideradas suficientes.

Puente recuerda que la prisión provisional solo se aplica en casos muy concretos:

  • Riesgo de fuga: que el investigado pueda huir para eludir la justicia
  • Alteración, ocultación o destrucción de pruebas: que pueda interferir en la investigación.
  • Reiteración delictiva: que vuelva a cometer delitos similares.

En el caso de Ábalos, ninguna de estas condiciones se cumple con fuerza suficiente. El domicilio del exministro fue registrado y no se encontraron pruebas incriminatorias relevantes, por lo que descartan riesgo de destrucción de pruebas. Su pérdida de poder político hace que la posibilidad de volver a delinquir sea "razonablemente baja".

¿Y riesgo de fuga? Aquí si hay matices. Tanto juez como Fiscalía reconocen que existen indicios más sólidos que antes, sobre todo por la proximidad del juicio y la posibilidad de que Ábalos tenga contactos en el extranjero. Pero el magistrado considera que las medidas que ya se aplican "evitan que ese riesgo se materialice", por lo que no hay base legal suficiente para endurecerlas.

El auto de Puente también hace un comentario público que no pasa desapercibido: le causa "estupor" que alguien investigado por delitos graves siga siendo diputado, y sugiere que el Congreso podría buscar mecanismos para impedirlo. Desde la Cámara replican con un toque irónico: "Mejor que cumplan las leyes que ya existen".

Ábalos no va a prisión provisional porque, según el juez, no hay riesgo de fuga inminente, no puede destruir pruebas relevantes y es improbable que vuelva a delinquir. Todo esto, pese a que los indicios en su contra son claros y contundentes. La investigación sigue abierta y, aunque Ábalos mantenga su escaño, su situación legal es cada vez más complicada.

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