Europa se encuentra en vilo ante la incertidumbre sobre los planes del presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania. Aunque las intenciones del líder ruso siguen siendo un misterio, líderes europeos consideran diversas señales que podían indicar futuros movimientos.
Se destaca la visión imperialista de Putin, que históricamente ha buscado ampliar su influencia, siempre quiere más y solo respeta aquello que teme. Y a Europa no la teme. Esta tendencia preocupa a Europa, especialmente después de las recientes maniobras militares de la OTAN cerca de las fronteras rusas.
Además, la presencia de tropas rusas en regiones como Transnistria, -que aunque no es Rusia, es Moldavia, Putin la ha llenado de tropas-, y el Sahel plantea interrogantes sobre los planes expansionistas de Rusia en áreas estratégicas fuera de Ucrania.
La posibilidad de un acuerdo parece distante en el horizonte político, mientras que las tensiones continúan aumentando en la región. Aunque en el pasado se han negociado acuerdos de alto el fuego, las demandas territoriales de Putin han obstaculizado cualquier avance significativo hacia la paz.
En medio de las tensiones entre Rusia y Ucrania, se ha cuestionado si un acuerdo está más cerca que una guerra. Hace dos años, hubo un rayo de esperanza cuando se redactaron 15 puntos que casi firmaron Kiev y Moscú. Sin embargo, el acuerdo se desmoronó debido a las demandas imperialistas de Putin, quien buscaba quedarse con Combás y Crimea a cambio de la retirada de rusa.
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¿Qué podemos esperar? Sin un plan claro por parte de las autoridades, los vecinos enfrentan una recuperación incierta marcada por la falta de ayuda, el deterioro de infraestructuras y el creciente riesgo sanitario, mientras temen que la situación empeore.