La última vez que la iglesia proclamó santos fue en octubre de 2019. Desde entonces, ni se habían anunciado nuevas incorporaciones al santoral ni se habían celebrado misas para festejarlo hasta hoy, que el papa Francisco ha anunciado siete nuevos santos para los católicos. La misa, eso sí, se celebrará cuanto el COVID-19 lo permita.
El periodista José María Rivero ha analizado en laSexta Clave todos los detalles sobre este proceso: ¿cuánto cuesta ser santo?, ¿qué niveles hay? ¿son ricos los santos? Lo primero es que para que te hagan santo hay que pagar unos 53.000 euros, además de que debes tener las virtudes cristianas, haber sido un ejemplo de fe y haber realizado algún milagro.
Ese dinero se destina a subir los tres niveles hasta la santidad, es decir, son como una especie de tasas que se dedican una serie de comisiones que estudian los casos o los milagros, buscan los testimonios de que una persona ha sido santo. El periodista explica que una vez que en el país de origen se considera que el candidato tiene virtudes para la santidad, el expediente se envía a Roma. Allí, se encargan las investigaciones, los trabajos, los exámenes para comprobar si merece la santidad que tiene tres niveles.
En el primer nivel, se considera a la persona en un venerable siervo de dios. Ese proceso de estudio cuesta unos17.000 euros en tasas. En el siguiente nivel pasas a ser beato, y para ello hay que demostrar un milagro. Se trata de un proceso que cuesta unos 18.000 euros en tasas. El tercer y último paso ya es el de convertir a la persona en santo y cuesta unos 18.000 euros.
La duración total de este proceso no está definida y puede ir desde los 400 años hasta los seis años, como ocurrió con Juan Pablo II. La cuenta corre a cargo de quien quiera que el aspirante o candidato sea santo y tenga dinero para ello.
En muchas ocasiones son las diócesis, los familiares si tienen fondos o fundadores o miembros de órdenes religiosas, miembros de órdenes religiosas. Y es que esto en el fondo es una manera de imprimirte cierto prestigio, ya sea a una familia, a una ciudad o a la orden religiosa.
Como no todos pueden pagar estas tarifas, el Vaticano cuenta con un fondo de solidaridad para aquellos que podrían ser santos pero no pueden costeárselo. Pero en la práctica, varias investigaciones revelan que los santos son mayoritariamente ricos. De una lista de cerca de 10.000 santos y beatos de la iglesia católica, se encontró que el 78% eran de buena cuna, que el 17% era clase media y solo el 5% era pobres.
El papa Francisco ha pedido fijarse más en la santidad de la puerta de al lado, la clase media de la santidad, buscando a gente joven o a revolucionarios como Carlos Acustis, un joven de 15 años que usaba internet para difundir el cristianismo y falleció de leucemia; Óscar Romero, arzobispo asesinado que se enfrentó a la violencia amparada por los dirigentes de El Salvador; o Nazaria Ignacia March, que se dedicó a luchar por las mujeres en Bolivia.
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