En España se puede tener empleo y ser pobre. El coste de la vida lleva meses encareciéndose y los salarios no suben al mismo ritmo. Precisamente ese es el motivo por el que han salido a protestar a las calles de Madrid los sindicatos, reclamando que los sueldos se revaloricen lo suficiente como para que los trabajadores no pierdan nivel adquisitivo.

La reacción del líder de los empresarios ha sido inmediata. Sostiene Antonio Garamendi que "los salarios no pueden subir como el IPC". Pero lo cierto es que en España, los salarios apenas han subido en el último año. De media, el incremento del segundo trimestre del año pasado al segundo trimestre de este es de un 2,6%. El dato es de junio, y aunque luego ha bajado un poco hay que recordar que ese mes cerró con un 10% de inflación.

¿Suben más lo salarios en los países vecinos?

Si además nos comparamos con los países de nuestro entorno, observamos que España es el quinto país europeo donde menos han subido los salarios este año.

Los países del Este son los que mayores subidas registran, aunque para tener una visión completa hay que fijarse también en lo que se ha encarecido la vida en esos países, donde la inflación es más alta que en el resto.

Por ejemplo, en Lituania subieron los salarios un 12% pero es que su inflación superaba el 20%. En Estonia, la subida salarial ha sido del 10 % frente a una inflación de 22%. Hungría encabeza la lista y es el único país donde han subido más los salarios que la inflación: según Eurostat, los húngaros son los únicos en Europa que no han perdido poder adquisitivo.

Si nos fijamos más de cerca, en Portugal los salarios han subido más que en España un 5,6%. Así que los lusos han perdido menos poder adquisitivo que los españoles. En Francia, los salarios suben un 2,7%, una decima más que aquí pero con una inflación menor. Y sin duda son los trabajadores griegos quienes más están sufriendo el empobrecimiento general: sus salarios apenas suben un 0,8% frente al 10,8% de la inflación.

En general, este año los trabajadores europeos están perdiendo poder adquisitivo, y los españoles especialmente. Solucionarlo depende del pacto entre los sindicatos y la patronal, pero también depende del Gobierno de coalición.