La Diputación de Albacete va a devolver 30 millones de euros a una familia por no haber cumplido su palabra. Aceptaron la herencia de Purificación Urrea, una vecina que falleció en 1966 y les legó su fortuna con solo una condición: que crearan una fundación para niños desfavorecidos. El problema es que 60 años después, aún no hay ni rastro de esa Fundación.

Con Purificación Urrea y Pérez Ontiveros empezó todo. Murió con 80 años y multimillonaria. Solo en guardar los escritos de sus propiedades la diputación de Albacete tiene en su archivo cinco cajas.

Ella muere sin descendencia (su hijo había muerto poco antes), y dona todos sus bienes a la congregación de San Juan de Dios. Con la condición de que creen el Hospital asilo de la Purificación. La idea era buena pero la congregación no lo vio y rechazó la donación que pasó a la Diputación de Albacete. ¿Lo gordo de la herencia? Terrenos, tres grandes fincas que ahora valen unos 28 millones de euros y un sinfín de artículos personales y objetos de gran valor.

Todo esto lo legó a la diputación con la condición de hacer una fundación para niños desvalidos. Han tenido 50 años. ¿Se ha hecho? No. En las fincas se ha construido un centro de rehabilitación, el Instituto Técnico Agronómico. Para las tres sobrinas de Purificación Urrea no fue suficiente y en el 2000 denunciaron.

Por este motivo, los descendientes de Urrea comenzaron su lucha. Llevan 22 años litigando para que la Diputación les devuelva la herencia y cumplir así la voluntad de su tía. En julio, la Audiencia Provincial les dio la razón y condenaron a la Diputación a devolver los 30 millones con una multa por no haber la condición por la que recibió el dinero. Esa multa asciende a 11 millones de euros, que tendrá que sumar a la herencia recibida. El tribunal consideró que la Diputación "mantuvo la herencia de mala fe".

De esos 11 millones de multa, la Diputación de Albacete ya ha pagado tres millones. Ahora han anunciado que van a pagar todo lo que queda, devolver los bienes y que no van a recurrir. Defiende además que no ha habido mala fe porque durante estos años han cuidado de las fincas que poseía la difunta, incluso invirtiendo dinero público para su mantenimiento.

Cuando la familia de Urrea reciba el dinero, tendrá diez meses para crear dicha fundación por los niños desfavorecidos y cumplir con la voluntad de Purificación 60 años más tarde.